Un accidente en 2011 le dejó importantes secuelas. Tras años de esfuerzo, el polaco cuenta por qué renuncia a la categoría.
Su carrera en la Fórmula 1 era prometedora. Robert Kubica debutó en 2006 siendo suplente en BMW Sauber: sustituyó a Jacques Villeneuve tras el GP de Alemania. En 2007, ya como piloto titular, confirmó las expectativas con el único frenazo de su espectacular incidente en Canadá (en la siguiente carrera le sustituyó un tal Sebastian Vettel). Su mayor conquista fue en ese mismo circuito: logró el triunfo en 2008 en un histórico doblete de BMW Sauber junto a Nick Heidfeld.
En 2010 pasó a un equipo que vivía días complicados. Renault sentía las consecuencias de lo sucedido en el GP de Singapur en 2008 con las salidas del equipo varios patrocinadores. Kubica tampoco se encontró con Flavio Briatore o Pat Symonds. Y el fabricante francés abandonaba el barco por momentos manteniendo solo un 25% del accionariado de la que, al año siguiente, sería la escudería Lotus Renault.
El polaco llegó a probar el coche de 2011 en los test de Valencia. Pero la temporada concluyó para él antes de lo previsto: el 6 de febrero sufrió un grave accidente mientras disputaba en Italia el rally Ronde di Andora. Su pasión por el pilotaje a punto estuvo de costarle la vida: un quitamiedos se introdujo en el habitáculo hiriéndole de gravedad. Los daños en su brazo derecho fueron tales que los médicos incluso valoraron, en un primer instante, amputar esa mano.
Fuente: Flavio Mazzi / AS
Comenzó entonces un duro proceso recuperación (varias operaciones incluidas) con la mirada puesta en volver a la Fórmula 1. Allí le remplazaba para 2011 y mientras era baja su antiguo compañero Heidfeld. Durante estos años, el que para muchos era uno de los mejores pilotos de la parrilla ha trabajado duro, pero la realidad ha acabado con su sueño en F1. Así lo expresa el propio Robert Kubica en una entrevista que ha concedido al diario italiano Corriere della Sera.
«Para lograr mi sueño había trabajado mucho desde que era un niño. Me encontraba en el mejor momento de mi carrera. Ver como se desvanecía fue un golpe físico y mental» ha comentado Kubica que, por sus lesiones, se tuvo que adaptar, entre otras cosas, a ser zurdo.
«Esta experiencia me ha obligado a tomar un rumbo inesperado. Me ha permitido reflexionar. Mis desventajas no estaban solo en la conducción, también en la vida diaria. Todos pensaban en el piloto herido pero yo tenía que enfrentarme a muchos obstáculos para encontrar la normalidad».
«No puedo girar el antebrazo, para conducir debo mover el hombro: ahí está mi fuerza. Y necesito un espacio que un habitáculo de F1 no tiene. Me disgusta decírselo a ellos y a mí mismo, pero por ahora es así».
No poder pilotar un F1 le ha llevado a no acudir a los circuitos: «Buscaba alejarme de todo lo que me recordase a mi pasado, me dolía incluso ver una carrera por televisión. Buscaba afrontar una realidad que me llevaba a otra parte, pero mi pasión siempre ha sido esta, el motor de mi vida. Ahora estoy mejor. Me siento más preparado psicológicamente para encarar aquello que debo afrontar».
Fuente: http://www.thenational.ae
No ha querido hablar sobre su posible fichaje en 2011 por Ferrari. Sí lo ha hecho sobre las posibilidades de victoria de la escudería italiana para el 2017: «Hace falta que vuelva a ganar y ganar. Eso Ferrari puede hacerlo, siempre».
Ha hablado también sobre el carácter de algunos pilotos, que «preferirían llegar octavos por delante de su compañero de equipo que ser terceros pero batidos por este».
Respecto a la retirada de Rosberg lo tiene claro: «Es simple: basta con el primer pensamiento al despertar cada mañana. Si eres feliz, todo está bien».
El periodista le pregunta también por su amigo Fernando Alonso y si le impresiona más con sus dos títulos que Vettel con cuatro: «Ha ganado mucho menos de lo que merece. Pero la mala suerte lo decide todo, te da y te quita. Button y Barrichello dominaron en 2009 con aquel rapidísimo Brawn GP. Con todo el respeto: afortunados».
También le ha impresionado Max Verstappen pese a su juventud: «Es un verdadero fuera de serie. Muchos piensan que es imprudente. Sin embargo, para mí usa la cabeza siempre, muchísimo. Gracias a su padre ha aprendido más cosas con 18 años que cualquiera de sus colegas con 28. Cuando lo vi vencer en Barcelona se me puso la piel de gallina… y eso que tengo la piel gruesa».
No participar en Fórmula 1 no le ha alejado del todo del mundo del motor. Tras su paso por los rallies, Robert Kubica participará esta temporada en el Mundial de Resistencia y correrá en las 24 Horas de Le Mans con el equipo ByKolles para lo cual deberá hacer un esfuerzo físico extra. «Es un reto enorme para mí y espero superarlo. Estaba acostumbrado a correr para un equipo, ahora corro para mí mismo, compito contra mí mismo».
Un gran sueño termina para Kubica, alejada de los 77 Grandes Premios en los que participó, pero empieza otra etapa en su vida ligada a su mayor pasión: el motor.
