El director deportivo de la Scudería Toro Rosso considera necesario conseguir la igualdad entre las diferentes unidades de potencia
Con la desaparición de los propulsores V8 en favor de los actuales V6 turbo híbridos desde 2014, la Fórmula 1 ha mantenido un único dominador que hasta el momento se ha mostrado intratable. Mercedes, que ya demostró saber hacer muy buenos propulsores con otras arquitecturas, exprimió al máximo el reglamento para crear una unidad de potencia con una filosofía diferente a los caminos seguidos por Renault, Ferrari y más tarde Honda, consiguiendo tal superioridad, que en los tres años que lleva vigente la normativa actual, ningún constructor ha logrado acercarse al rendimiento de la marca de la estrella.
El trabajo que hicieron los de Sttutgart para afrontar la actual etapa del Gran Circo es digno de admirar, pero también hay que reconocer que el sistema de tokens, que ha controlado el desarrollo de las unidades de potencia hasta el pasado año, ha lastrado bastante las opciones de los demás motoristas para acercarse al constructor alemán; aunque las distancias se han recortado, pero de manera insuficiente.
(c) Toro Rosso
Este año no habrá límite para actualizar los propulsores, aunque si que habrá menos zonas de las unidades de potencia modificabes. Cada año la FIA decide congelar distintas zonas del motor con el fin de que dejen de desarrollarse, y desde el 2017 se han bloqueado las dimensiones de diferentes piezas, y se ha fijado un peso mínimo para el MGU-H y MGU-K, sumándose esto a las restricciones impuestas en los años anteriores.
El principal objetivo de esta medida es que, con menos áreas a desarrollar, Mercedes tenga más complicado mantener su ventaja mientras ve como Renault, Ferrari y Honda se siguen acercando poco a poco, para así acabar con un rendimiento muy similar entre todos los constructores y evitar que las diferencias entre propulsores sigan perjudicando al espectáculo. Para el jefe de Toro Rosso, Franz Tost, es necesario que se consiga tener a todos los fabricantes con unos rendimientos similares por el bien del campeonato.
«Confío en que tarde o temprano consigamos tener unas unidades de potencia más igualadas, porque de lo contrario, la FIA debería plantearse congelar el desarrollo de los propulsores. Es necesario que haya una lucha, al menos, entre Red Bull, Ferrari y Mercedes.»
El austriaco ha propuesto como forma para conseguir la igualdad congelar el propulsor Mercedes, para permitir que el resto de constructores pudiesen recortar las distancias. Esto parece descabellado, pero el propio director deportivo del equipo alemán, Toto Wolff, ya dejó caer la posibilidad de acordar reducir el desarrollo de su equipo para que el resto pudiesen alcanzarles con el fin de mejorar el espectáculo.
«Yo optaría por congelar la unidad de potencia de Mercedes para que el resto de fabricantes se acercasen, y después congelaría el desarrollo. Solo dejaría libre el desarrollo de las baterías, porque son importantes para los constructores, y también para el futuro.»
Lo que llama la atención es que haya cada vez más voces a favor de restringir el desarrollo de las unidades de potencia, una postura que contrasta con lo que se reclamaba con los V8 que únicamente podían ser actualizados por razones de «fiabilidad». Ésto se debe, no solo a la falta de rivalidad en la pista, sino también a las desorbitadas cifras que se pagan por los propulsores, que dejan a más de un equipo con el agua al cuello y telarañas en las cuentas bancarias.
Toro Rosso, a pesar de estar respaldado por Red Bull, es uno de los equipos que sufre problemas económicos que les impiden progresar todo lo que les gustaría, y por eso Tost hace un llamamiento, como muchos otros han hecho sin éxito en otras ocasiones, para poner un tope a los excesivos gastos que a los que tienen que enfrentarse las escuderías para afrontar la temporada. Esta vez quizás cuente con más apoyo, porque los nuevos propietarios de la Fórmula 1, Liberty Media expresaron su intención de estudiar dicha posibilidad.
«Tenemos que reducir los costes, este tema lo hemos hablado desde hace varios años, pero nunca llegamos a ninguna parte. Yo podría un techo de gasto, siempre se dice que no se puede controlar, pero es una tontería, en Toro Rosso llevamos las cuentas incluso de los tornillos, y podría decirte cuanto cuestan.»
