El piloto polaco se vuelve a subir a un F1 en el Circuito Ricardo Tormo, alimentando rumores sobre su retorno
Robert Kubica, de 32 años, se sube por primera vez desde 2011 a un Fórmula 1. Se ha puesto al volante de un Lotus E20 del equipo Renault. El polaco sufrió un grave accidente en una prueba de rally en ese mismo año, donde sufrió severas lesiones en uno de sus brazos. Desde entonces participó en distintas pruebas de varias categorías, como el DTM o los rallyes. Sin embargo, este mismo año probó un Fórmula E y en abril un GP 3.
El piloto polaco tuvo una carrera truncada por su grave accidente, su linea era claramente ascendente y muchos eran los que apostaban por un equipo grande donde demostraría su valía. Los discretos resultados de Jolyon Palmer han avivado estos recuerdos de su capacidad al volante, muchos son los que ven en estas pruebas un posible retorno. La verdad, independientemente de que esté en juego el asiento de Palmer, es que sería una bonita historia de recuperación. Pero seamos realistas, las lesiones que sufrió el piloto dificultan mucho (muchísimo) cualquier posibilidad de competir al nivel que la F1 requiere.
Renault ha publicado de forma muy optimista un tweet acerca de la aventura de Kubica esta tarde:
Robert complained about grip, understeer, downforce and had the biggest smile on after his 115 laps!! #Kubicapic.twitter.com/dOqJCc0iez
— Renault Sport F1 (@RenaultSportF1) 6 de junio de 2017
Tal y como se puede leer, Robert ha estado haciendo observaciones acerca del comportamiento del coche y se ha «raspado» la friolera de 115 vueltas. Lo que no sabremos nunca es el ritmo de dichos giros, pero es prácticamente el equivalente a dos Grandes Premios.
Cualquier aficionado al motor estará encantado con estas noticias, pero no dejan de ser agridulces. Siempre quedará la duda de lo que habría conseguido el ex-piloto de Bmw de no ser por aquel fatídico accidente en los rallyes, que sin duda debió ser menos espectacular que el sufrido en Canadá, donde el mundo contuvo la respiración hasta conocer que el piloto estaba relativamente en muy buen estado.
La vida nunca da garantías, pero del mismo modo que podemos hablar de la mala suerte de Robert en ese accidente en 2011, podríamos hablar de que volvió a nacer en 2007, gracias a las enormes mejoras en seguridad que se han experimentado en los últimos años.
En cualquier caso, nos alegra comprobar que Robert Kubica aún se ve en forma como para dar tantas vueltas, confiamos en que las haya disfrutado, y por descontado que ojalá su recuperación hubiera sido tan completa como para competir de nuevo, pero recordemos que los médicos salvaron su brazo «in extremis», pilotar un F1 supone uno de los mayores desafíos físicos que existen en el motor sport, por lo que las dudas son más que justificadas.