Tras despedirse de Europa con la carrera de Monza, la Fórmula 1 se desplaza a Asia para la 14ª carrera del Mundial 2017, que se disputará del 15 al 17 de septiembre en el Marina Bay Street Circuit de Singapur.
El trazado de este circuito acogió en septiembre de 2008 el primer GP de Fórmula 1 nocturno y el GP nº 800 de la historia.
El circuito diseñado por el arquitecto Hermann Tilke se modificó por primera vez en 2009, por segunda vez en 2013 (cuando se eliminó la chicana de la curva 10) y por tercera y última vez en 2015, cuando se corrigieron las curvas 11, 12 y 13.
Se diferencia de los demás circuitos urbanos por su longitud (5.065 metros contra los 3.337 de Mónaco), y velocidad (la media de la vuelta es 178 km/h, 12 km/h más que en Mónaco), además de por las irregularidades del asfalto debidas a las alcantarillas y las rayas pintadas que, en ocasiones, hacen perder el agarre.
El ritmo tan alto y la falta de espacio adecuado para la refrigeración (la recta más larga mide solo 832 metros) lo convierten en uno de los circuitos más duros para los sistemas de frenos.
El desgaste del material de fricción es uno de los canales que deben monitorizarse constantemente con la telemetría.
Según los técnicos de Brembo, que han clasificado los 20 circuitos del Mundial utilizando una escala de 1 a 10, el Marina Bay Street Circuit pertenece a la categoría de los más difíciles para los frenos.
Al circuito de Singapur se le ha atribuido un índice de dificultad 10, idéntico al valor de los circuitos de Montreal, Ciudad de México y Abu Dhabi.
El desempeño de los frenos durante el GP
En la 23 curvas del trazado, los frenos se utilizan 15 veces por vuelta, valor récord para el campeonato: de todos los demás 19 circuitos, solo Mónaco llega a las 12 frenadas por vuelta, mientras que Baku, Budapest y Abu Dhabi se quedan en 11 y los demás presentan valores inferiores.
El tiempo empleado en la frenada también es récord: más de 22 segundos por vuelta, mientras que el porcentaje de uso de los frenos es el 23% de la duración total de la carrera, valor idéntico al de Mónaco. Y pensar que hace dos semanas, los coches de Fórmula 1 rodaban en Monza utilizando los frenos solo 6 veces por vuelta con un porcentaje del 12%.
También es muy elevada la energía disipada en frenada: nada menos que 234 kWh, equivalentes al consumo de energía eléctrica, durante el GP, de 138 habitantes de Singapur.
La extremada tortuosidad del trazado hace que las desaceleraciones máximas estén por debajo de 4,8 g y en 7 curvas este valor descienda por debajo de los 4 g, generando una desaceleración media por vuelta de 3,8 g.
Desde la salida hasta la línea de meta, cada piloto aplica una fuerza total, sobre el pedal del freno, de casi 120 toneladas. En otras palabras, por cada minuto de carrera, el esfuerzo es superior a la tonelada.
Un esfuerzo físico importante, si tenemos en cuenta la gran humedad que suele caracterizar a esta carrera (de 66 a 71 grados en 2016), además de las altas temperaturas ambientales.
Las frenadas más difíciles
De las 15 frenadas del Marina Bay Street Circuit, los técnicos Brembo han clasificado 3 como difíciles para los frenos, 6 son de dificultad media y las otras 6 ligeras.
La más difícil de todas es la curva Memorial (curva 7, el nombre deriva de su cercanía al parque que conmemora a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial): los monoplazas pasan de 322 a 123 km/h en 2,08 segundos, en los que apenas recorren 57 metros.
En este punto los pilotos están sujetos a una desaceleración de 4,7 g y ejercen una carga de 158 kg en el pedal del freno. El esfuerzo de los pilotos (4,9 g) y del sistema de frenos también es muy importante en la curva Sheares (curva 1, que lleva el nombre de Benjamin Sheares, ex presidente de Singapur): la velocidad de los coches pasa en 49 metros y 1,93 segundos de 303 a 132 km/h, gracias a una carga de 156 kg en el pedal del freno.
Algo menos dura, pero solo porque los coches llegan a menos de 300 km/h, es la frenada de la curva 14: de 282 a 97 km/h en 53 metros con 4,7 g de desaceleración y 159 kg de carga en el pedal.
La apurada de frenada de la curva 9 es emblemática por la potencia de frenado de los sistemas Brembo: se reduce la velocidad en casi 70 km/h de (de 207 a 138 km/h) en tan solo 20 metros, suficientes para registrar 3,2 g de desaceleración.
