Yusuke Hasegawa insiste. Lanza un dardo directo a McLaren, a mi entender, en relación con el cambio de motorista de los de Woking. Aunque son dardos con poca punta (de momento), porque este comentario llevamos escuchándolo desde la directiva de Honda desde su regreso a la F1.
En 2015 el predecesor de Hasegawa, Yasuhisa Arai, ya afirmaba su enorme potencial:
«Este año estaremos al nivel de Ferrari, es nuestro objetivo».
Ya en 2017, Hasegawa insistía con «otra milonga»:
«Estamos en un rendimiento similar al motor Mercedes de 2016».
Pues bien, es cierto que ha habido progresos. Aunque obviamente los antecedentes hacen que su palabra pierda consistencia. Yusuke habla sobre la Spec 4 en los siguientes términos:
«Desde comienzo de año hemos ido mejorando, tanto en rendimiento como en fiabilidad. Con la versión 3.5 del motor, desde Spa, creo que nuestro nivel está muy muy cerca del de Renault. No diré mejor, pero lo importante es que en fiabilidad estamos mucho mejor. Hemos recortado mucha distancia con los equipos punteros».
Al parecer no tienen pensado un cambio drástico en su filosofía ni en el diseño de su unidad:
«Este es el concepto que vamos a seguir. No va a haber cambios dramáticos. Con este diseño estamos seguros de poder alcanzar a nuestros rivales en términos de rendimiento. Es cierto que en la carrera de casa tuvimos penalización para Fernando Alonso, pero no era un problema de motor propiamente dicho, fue hidráulico».
Seamos honestos. Nadie se cree ya este tipo de declaraciones por parte de los fabricantes japoneses. Pero eso no significa que Honda sea «moco de pavo». Han empezado mal. Subestimaron el desafío. Pero están redoblando esfuerzos, y ojo, Honda es Honda. La maniobra de Red Bull me parece muy interesante. Prueban sus progresos en Toro Rosso, y si llegan al nivel pueden disponer de un fabricante para sus motores. Por mi parte, pese a que la política de comunicación no esté siendo la acertada, estoy seguro de que al final llegarán, y estarán dando batalla.