La Fórmula 1 vuelve a Estados Unidos para la 17° prueba del Mundial 2017, programada del 20 al 22 de octubre en el Circuit of the Americas. Situado en las colinas de los alrededores del centro de Austin, Texas, fue diseñado por Hermann Tilke siguiendo las sugerencias de Kevin Schwantz.
Inaugurado en octubre de 2012, ha celebrado 5 GP de Fórmula 1 y otras tantas carreras de MotoGP.
Con respecto a las motos, los monoplazas de Fórmula 1 emplean casi 30 segundos menos en realizar un giro y pueden recorrer buena parte de las curvas a mayor velocidad, a veces sin frenar.
La pista de Texas se caracteriza por la impresionante recta en subida que desemboca en la primera curva a la izquierda: los pilotos no ven la curva hasta el último instante y corren el riesgo de equivocarse en el punto de frenada.
Un problema parecido también podría darse en la curva 11, mientras que en los demás puntos existe el riesgo contrario.
De hecho, el desnivel entre el punto más bajo y el más alto del circuito es de 41 metros.
Según los técnicos Brembo, que han clasificado los 20 circuitos del Mundial aplicando una escala de 1 a 10, el Circuit of the Americas pertenece a la categoría de los circuitos medianamente difíciles para los frenos.
Al circuito estadounidense se le ha adjudicado un índice de dificultad 6, idéntico al valor obtenido por el circuito de Shanghái.
El empleo de los frenos durante el GP
Los pilotos de Fórmula 1 solo utilizan los frenos en 10 de las 20 curvas del circuito, es decir, 3 veces menos que los pilotos de MotoGP.
Gracias a la adherencia garantizada por los 4 neumáticos, los coches no necesitan frenar en las curvas 3, 4, 6 y 16. Pero, precisamente porque afrontan las curvas 3 y 4 en aceleración deben tocar —a diferencia de las MotoGP— un mínimo los frenos en la curva 5.
La desaceleración media por vuelta es de 3,8 g, pero hay 5 curvas en las que se alcanzan al menos 4 g. La energía que disipa un monoplaza durante todo el GP es bastante reducida: 140 kWh, casi la mitad del GP de México.
La carga que ejerce cada piloto desde la salida hasta la línea de meta, no es de las más altas del Mundial: 57 toneladas, es decir, menos de la mitad del GP de Singapur. En otras palabras, cada piloto realiza un esfuerzo de casi 590 kg por cada minuto de conducción.
Las frenadas más difíciles
De las 10 frenadas del Circuit of the Americas, los técnicos de Brembo ha clasificado 3 como difíciles para los frenos, 6 son de dificultad media y 1 fácil.
Los coches llegan a la curva 12 después de haber recorrido una larga recta y haber utilizado el sistema DRS, con lo que los coches pierden más de 240 km\h de velocidad para afrontar correctamente la frenada: se pasa de 335 km/h a 89 km/h en solo 2,81 segundos durante los cuales recorren 70 metros. Con este tipo de prestaciones, los pilotos están sujetos a una desaceleración de 4,6 g y ejercen una carga de 125 kg en el pedal del freno.
La velocidad perdida en la frenada de la primera curva es ligeramente inferior, pero la carretera en pendiente requiere más tiempo para completar la operación: de hecho, hacen falta 2,92 segundos para reducir de 320 km/h a 82 km/h en 68 metros. La carga en el pedal del freno es de 124 kg, mientras que la desaceleración es de 4,6 g.
Un poco más corta, pero también importante es la frenada de la curva 11: de 298 km/h a 82 km/h en 2,43 segundos y 62 metros, con una desaceleración de 4,5 g. Sin embargo, hacen falta 45 metros para frenar en la última curva. Y, por el contrario, para las pequeñas frenadas de las curvas 5 y 7, apenas hacen falta 9 metros.