Seis carreras para llegar al final de la temporada, el horizonte para Mercedes y Hamilton pinta de arco iris, en un mes y medio y pueden ser «pentacampeón», si no antes. 150 puntos sobre el asfalto, todo aun en juego, todavía fiebre a 40 en Ferrari. Alarma roja, 40 los puntos de distancia que un Vettel apagado y sin reaccionar lleva de un Lewis estelar que dice 69 bajo las luces de Marina Bay. Para Ferrari son 10 los años sin título de constructores, 11 sin un triunfo de un piloto en rojo, esto es el panorama negro si no hay un brusco cambio de rumbo ya. Una década de decadencia.
Mercedes es el vigente campeón del mundo, siguen violando el territorio Ferrari, en Maranello parecen no saber reaccionar; Vettel y Räikkönen se han derretido en la sauna de Singapur, la muerte de Marchionne, el affaire Räikkönen-Leclerc han influido, y mucho, los 2 pilotos del simulador, Kvyiat y Giovinazzi, que han hecho un gran trabajo en el desarrollo de los monoplazas italianos, están en camino lejos de Maranello, el ruso de vuelta a casa en Toro Rosso, el segundo hacia la sucursal suiza de Ferrari junto a Kimi.
Errores de estrategia repetidos, el no saber reaccionar y volver a fallar en la última parte de la temporada, no obstante el gran trabajo en la fábrica haya permitido al Cavallino estar a la altura, si no por delante, de los intratables alemanes, dominadores de la era híbrida de la Fórmula 1. Resurgir se puede, recuperar es factible, remontar está al alcance de Vettel y compañía. Pero no hay que fallar más, hay que compactar el ambiente, las sonrisas e el espíritu de equipo tienen que volver. El muro rojo tiene que ser sólido y no dejarse llevar a la incertidumbre. Y Kimi tendría que seguir su racha de podios y buenos resultados ayudando Sebastian, pero desde Monza, desde su divorcio anunciado en el fin de semana de Italia, el finlandés parece haber renunciado a sus deberes domésticos.
Hace semanas en Italia que han saltado las alarmas, han regresado las polémicas, la criticas hacia el equipo y el piloto alemán que, según muchos «haters» cuando los duros empiezan a jugar, desaparece, no puede, sobre todo al respecto de un Hamilton pletórico y perfecto en pista. El Cavallino corre, hasta Spa, 5 victorias cada uno entre Seb y Lewis. ¿Qué ha pasado entonces? ¿En Maranello se han vuelto tímidos? ¿Del rojo llameante de la primera parte de temporada, hacia un rojo pálido, casi de vergüenza en este último tercio de 2018? Y muchos, asegurando que si estuviera Alonso en ese coche, ya habría ganado el Mundial. Hipótesis, deseos, elucubraciones, sin bases reales.
¿Han tenido algo que ver las polémicas y los ataques a Ferrari relacionados a la quema de aceite, a las humaredas de las unidades de potencia de Maranello, el tapar la cámara en el cockpit y las muchas otras polémicas hacia Ferrari de los otros equipos?
El gigante rojo tiene que volver a luchar, el Cavallino a correr, y sabe cómo hacerlo. La unión hace la fuerza, y las caras, las acciones y pocas reacciones de las ultimas semana en casa de los italianos cuentan otra historia. Errores y malas estrategias han alejado los rojos del objetivo. Desde Rusia la Armada Roja tiene que volver a golpear, fuerte; las ocasiones disminuyen, para regalarnos un final de temporada al rojo vivo.