La vida da muchas vueltas, y si hablamos del mundo del deporte ya ni os cuento. Sebastian Vettel ha pasado de héroe a villano en menos de un mes. De ser prácticamente el favorito a llevarse el campeonato del mundo, más o menos ser defenestrado por buena parte de la prensa y de la afición.
Para entender todo esto, creo que tenemos que indicar varios factores. Vettel, y según gran parte de los entendidos, tiene en sus manos el mejor coche de la parrilla. Yo no me atrevo a decirlo con tanda rotundidad, pero si es cierto, que este año el equipo italiano ha logrado fabricar un monoplaza que como mínimo poco tiene que envidiar al todo poderoso Mercedes, algo que hace ya unos pocos años que no ocurría.
También es cierto, y seria de necios negarlo, que el magnífico piloto alemán, este año ha tenido diversos errores que sin duda le han privado de algunos buenos puntos, pero tampoco tenemos que ignorar que no todos los errores han sido debidos a él solo, ya que el equipo ha errado en alguna que otra estrategia. Y de igual manera, hay que señalar que Lewis Hamilton está a un nivel altísimo, y que sin duda la presión que recibe por parte de Ferrari le hace estar aún más concentrado.
Pero aparte de todos estos hechos «deportivos», hay una cosa que está clara. Vettel a nivel personal no es alguien que rebose alegría, no sería un Daniel Ricciardo en potencia, y tampoco es alguien que airee su vida personal y eso hace que a cierta parte de los aficionados no les caiga tan simpático como otros.
Y si hacemos referencia, a gran parte de la prensa, sobre todo la española, Vettel es algo así como el anticristo, más o menos como lo era Lewis Hamilton por 2008.
Ya sabemos cómo funciona esto, cualquier persona o cosa que pueda hacer tambalear nuestro «modo vivendi», pues nos molesta y hay que ir a por él. Por suerte, no todo el mundo es así.
Por todo esto, a Vettel le están cayendo mil y un palos, algunos merecidos como ya he comentado antes, pero otros creo que no.
También hay otra cosa, el que escribe estas líneas, es un amante de la F1, y por supuesto que tiene sus gustos, pero nunca entenderá esta manía persecutoria hacia ningún piloto, se llame ahora Vettel, Hamilton hace unos años o sea quien sea.
A pesar de todo esto, y en declaraciones al periódico Bild, el alemán no pierde la fe, y espera aun poder dar mucha guerra y lucharle hasta Abu Dhabi el título a Hamilton:
«Por varias razones, aún puedo ganar este título. Primero porque puedo, como ya he demostrado cuatro veces. Segundo porque tenemos un coche que está a la par con Mercedes y creo que aún podemos superarnos, aunque es cierto que todo lo ocurrido en Singapur no ayuda. Es decepcionante cuando puedes ganar carreras y no lo haces, pero creo que todavia puedo ser campeón por mis propios medios, así que seguiré luchando.
Mi estilo de pilotaje me ha dado cuatro títulos y 52 victorias. A todo el mundo le da miedo fallar.Si no hubiera arriesgado a adelantar a Button en Abu Dabi en 2012, no habría sido campeón»
En la misma entrevista, Vettel hace referencia a Michael Schumacher, y como en el caso de estuviera bien de salud, le pediría consejo, aunque no precisamente de pilotaje:
«Si Michael estuviera bien, le preguntaría muchas cosas. No necesariamente sobre cómo pilotar, sino más sobre lo que ocurren entre bastidores, sobre el equipo, sobre la política en la F1.»
Está claro, que 40 puntos a falta de 6 carreras son una ventaja más que importante, sobre todo si tenemos en cuenta la igualdad reinante, pero por el bien del deporte y de la emoción, esperemos que la lucha se alargue aun algunas carreras más.