Tras un nuevo fin de semana para olvidar, la tensión no deja de crecer bajo los tejados del equipo Haas. Guenther Steiner no soportó lo que tuvo que ver en las primeras vueltas del domingo en Inglaterra. La colisión provocada entre ambos VF-19 desapuntaba a Romain Grosjean y Kevin Magnussen de la carrera. El jefe del equipo aseguró que: «Sólo les faltó traer una pala para hacer más profundo el hoyo en el que estamos. Tenemos que viajar a casa y debatir qué hacer en el futuro».
En concreto, las recientes temporadas del francés Romain Grosjean lo ponen en una posición de especial delicadeza. Los incidentes se suceden en un monoplaza tan veloz como desaprovechado.
La decepción vivida en Silverstone fácilmente podría haber agitado y sobre estresado el ambiente que se respira en Haas. Las filtraciones no se hicieron de rogar, y a una temporada ya vestida de «silly season» con continuas especulaciones en cuanto a cambios de asientos, se sumó el rumor de que Esteban Ocon reemplazaría a su compatriota en el Gran Premio de Alemania.
Sin embargo, un portavoz de la escudería angloamericana desmintiría tal sustitución, confesando al medio RaceFans.net que Romain Grosjean seguirá pilotando los coches negros en Hockenheim.
En la lista de habladurías que abandona ahora la protagonizada por Esteban Ocon, aún se baraja un supuesto interés por parte de la casa americana en pescar a Sergio Pérez, piloto de Racing Point.
El piloto mejicano estaría interesado en mudarse lejos de la comandía de la familia Stroll en los boxes color rosa. Pasando por alto el mediocre rendimiento de sus monoplazas. La llegada de Checo a Haas sería un alivio económico de relevancia, pues las leales marcas que lo acompañan desde hace años, taparían el agujero formado por patrocinadores descontentos con las últimas temporadas de los americanos.