Mucha ha sido la repercusión que ha tenido la carta enviada por el ingeniero jefe de Red Bull, Paul Monaghan, a la FIA el 22 de octubre. Esta sirvió para que Federación pusiera la lupa sobre todos los equipos, con el fin de que no ocurriera ninguna irregularidad más.
Ferrari jugó con el reglamento y acabó pagando una multa de 50.000€ tras concluir el GP de Abu Dhabi. Todo se debió a la discrepancia sobre el SF-90 con el número 16, perteneciente a Charles Leclerc. Fue en una verificación de las cargas de combustible dónde se encontró.
El jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, es el que más satisfecho se encuentra con el trabajo que ha desarrollado la FIA desde entonces:
“Sin lugar a dudas, están haciendo todo lo posible para garantizar el control de estos motores tan complejos en todas las áreas. Se están dando cada vez pasos más grandes para que las zonas grises del reglamento se aclaren.”
Red Bull no ha sido el único equipo en alertar sobre irregularidades, en el pasado GP de Japón la escudería Racing Point también alertó sobre las irregularidades en los RS19 de Daniel Ricciardo y Nico Hülkenberg.
En este caso, la incorporación de un sistema de ajuste predefinido en el repartidor de frenada, según el documento explicativo de la FIA. Esto supuso el incumplimiento de las regulaciones técnicas y deportivas de la categoría, así como el código deportivo de Federación Internacional de Automovilismo.
Ya que lo de Ferrari y Renault no es un caso aislado, Christian Horner, ha dado su opinión acerca de que los equipos pongan la voz de alarma cuando vean alguna irregularidad:
“Yo creo que se debe hacer, sus recursos son limitados, pero creo que están invirtiendo muchos en garantizar que todos estén en un campo de juego justo”.
De cara a 2020, espera que se calme y aclare todo:
«Creo que ahora que entramos en invierno, lo más importante es aclararlo todo para 2020. Y luego, con suerte, los cambios de reglas y las directivas técnicas que envían calmarán cualquier preocupación».