Con la temporada 2020 cada vez más cerca, los equipos trabajan contrarreloj para fabricar monoplazas competitivos de cara al primer GP. En esta ocasión, tener un coche rápido y fiable al inicio del año es aún más crucial, ya que esto permitiría a las escuderías centrarse en los coches de 2021, con una normativa muy diferente de la actual, y no gastar demasiados recursos en solucionar los problemas de los actuales.
Como siempre ocurre, algunos equipos están teniendo más acierto que otros a la hora de desarrollar sus monoplazas. Y, tal y como recoge la versión italiana de Motorsport.com, parece que los miembros de Mercedes han vuelto a dar con la tecla exacta, ya que los alemanes están por encima de los pronósticos marcados por James Allison para 2020.
Para ello han contado con la ayuda de un ingeniero alemán especializado en nuevos materiales y química, que ha colaborado con Andy Cowell, el responsable de los propulsores del equipo de la estrella plateada, con el fin de identificar las debilidades del Mercedes F1 M10 EQ Power+.
Junto con la evolución del chasis, que contará con las salidas de refrigeración del motor más arriba que las actuales y los conos anti-intrusión más abajo para mejorar la refrigeración, los alemanes tratarán de aumentar la fiabilidad y el rendimiento del motor. Por ahora, según la publicación italiana, los resultados obtenidos en el banco de pruebas muestran una mejora en la competitividad del propulsor.
Veremos si las líneas de trabajo del equipo Mercedes, que han sido la reducción de resistencia al avance, el aumento de la carga aerodinámica y la mejora del enfriamiento de la unidad de potencia, les permiten volver a dominar como han venido haciendo durante la era híbrida. Desde la escudería de la estrella plateada intentarán también de dar la vuelta a 2019 y arrebatar a Ferrari el honor de hacer la mejor unidad de potencia de la parrilla.