Después de los años de dominio de Mercedes, en donde la F1 se ha partido dos, el primer grupo con el campeón del mundo, junto a sus principales rivales Ferrari y Red Bull, y los que pelean por solamente ser los mejores del resto, en donde en el 2019 McLaren se robó esa distinción, el equipo técnico de Liberty Media encabezados por Ross Brown, dueña de los derechos de la categoría, y la FIA, órgano regulador del automovilismo mundial, en conjunto con los equipos empezaron a trabajar en lo que debería de ser el auto del futuro de la máxima categoría.
El enfoque del rediseño trató de cubrir dos puntos, el primero mejorar la competencia, eliminando en la medida de lo posible el aire sucio que los autos actuales generan y que al final es el villano perfecto para señalar que por culpa de esto se dificulta rebasar en las carreras por el miedo a degradar los neumáticos. El segundo tema está relacionado a reducir los costos de producción para las escuderías pequeñas, derivado de la simplificación de componentes en los autos.
Sin embargo esas pérdidas aerodinámicas, cambios de tamaño de los autos y especificaciones de motores levantaron una preocupación, la F1 será más lenta que la actual. Y parece que en eso hay alguna coincidencia, aunque en mi memoria no es la primera vez que escucho eso, sin embargo el problema podría ser mayor, y la duda ahora es si estos nuevos autos no serían más lentos que la misma F2, lo que sin duda sería un duro golpe a la considerada categoría reina del automovilismo.
Al respecto el jefe de Racing Point, Otmar Szafnauer, ha declarado a Motorsport nuevamente su preocupación:
“Mi preocupación está en si no estamos devaluando al deporte ante la falacia de que cada domingo cualquier piloto puede ganar. Si el auto es por decir algo seis segundos más lento en una vuelta que los autos actuales, ya no es F1, y antes de que te des cuenta podríamos ser más lentos que los F2”.
“En la F2 por $2 millones puedes tener un auto, pero si no somos cautelosos en 2021, esos autos de $2 millones pueden ser más rápidos que en los que nosotros invertimos $200 millones. Eso es algo que no está bien. Personalmente creo que lo que deberíamos de ajustar es el tope de presupuesto, desarrollando los autos que hoy tenemos. Con esto ganará el equipo que sea más inteligente”.
“Si queremos un auto con un diseño preestablecido, seríamos IndyCar, en donde el que gana es porque es mejor piloto, o tiene un mejor motor, o algo. Y eso no es lo que queremos. Ya existen muchas competencias de fórmula que trabajan así. Y eso no es lo que queremos. Creo que tengo la misma opinión que Christian Horner primero debimos de haber limitado el presupuesto en 2020 y después instrumentar los cambios regulatorios”.
Esperemos que durante el paso de los meses veamos a los diseñadores avanzar en los nuevos autos con la esperanza de que al final esta teoría de que serán mucho más lentos que los actuales solo quede en eso, y que realmente sean la solución para tener una mejor competencia, de lo contrario sería un duro golpe para la F1,considerando además de la Fórmula E ya es un campeonato mundial.