Lo que parecía un problema lejano al otro lado del planeta se ha transformado, en gran parte por la globalidad en este siglo XXI, en una pesadilla a nivel planetario que amenaza con seguir creciendo hasta llegar a su punto álgido.
Los 15 días de confinamiento y el estado de alarma decretado por el Gobierno Español a nadie le escapa ya que es simplemente el inicio de un largo periplo por el desierto, que amenaza con agravar la situación de todos los estamentos de una sociedad que se despierta cada día con la esperanza de que todo lo vivido sea una simple pesadilla.
Una pandemia global
El COVID-19 si tiene algo es que no discrimina entre ricos y pobres, entre famosos y gente corriente, entre los deportes mayoritariamente seguidos y los deportes minoritarios; pero cuestión distinta es como afectará económica y deportivamente esta situación a todos los clubes, campeonatos y sobre todo a los deportistas, que deben de afrontar una crisis de proporciones bíblicas nunca antes conocida.
¿Una temporada perdida?
El esfuerzo económico y deportivo de toda una temporada puede perderse en un abrir y cerrar de ojos, en el que cada campeonato baraja opciones para poder hacer justicia ante los equipos campeones, los ascensos, descensos, derechos televisivos, contratos de los deportistas,…, eso sin entrar en la suspensión y aplazamiento de los grandes eventos deportivos del año, entre los que parece resistir contra toda razón la celebración de los JJOO de Tokio, que terminarán tarde o temprano claudicando ante una situación que parece que va a prolongarse bastante más de lo inicialmente previsto.
¿Cómo elegir al campeón, ascendidos y descendidos?
Multitud de propuestas diferentes han surgido en los distintos ámbitos deportivos para poder terminar de la manera menos gravosa posible cada uno de los campeonatos en disputa:
- Dar por terminadas las competiciones y que queden en blanco, reiniciándose la temporada el curso siguiente como si nada hubiese sucedido
- Seleccionar a los campeones, ascendidos y descendidos conforme a fórmulas matemáticas aplicadas introduciendo distintas variantes estadísticas.
- Que las Ligas se queden tal y como estaban en el momento de la suspensión.
- Que prevalezca como definitivo el resultado obtenido en la primera vuelta.
- Terminar la temporada en el arranque del próximo curso, a pesar de poder verse afectados por las posibles diferencias en la confección de las plantillas de cada equipo de cara a la próxima temporada.
Cualquiera de las fórmulas planteadas presenta sus pros y sus contras, pero ninguna convence por completo a nadie, lo que no ayuda para arrojar tranquilidad en una situación anómala y complicada de resolver.
El problema económico acuciante en los más modestos
Los contratos de los deportistas es el otro gran caballo de batalla y el principal responsable de la finalización antes de tiempo de prácticamente todos los torneos en disputa, debido a la imposibilidad económica de la mayoría de los clubes para alargar la temporada varios meses, debido a que no estaba contemplado en los presupuestos originales, amenazando con la quiebra a los más modestos.
La reacción gubernamental necesaria para salvar el deporte
Está claro que ante este panorama lo fundamental en estos momentos es atender a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, quedarse en casa, extremar la precaución y cuidar los unos de los otros, para intentar ganar entre todos el partido más duro de los últimos tiempos, si bien el Gobierno deberá de buscar soluciones para que este virus no acabe definitivamente con el mundo del deporte como lo conocíamos hasta ahora y que tantas alegrías ha deparado a nuestro país a lo largo de la historia.