Ferrari ha anunciado su dupla de pilotos de cara a la temporada que viene. Charles Leclerc está catalogado como uno de los líderes de una escudería que ha visto su joya de la corona en su Programa de Jóvenes Pilotos.
Además, los italianos siempre ha defendido una estructura jerárquica en su equipo para evitar luchas que resten oportunidades, como ocurrió entre Nigel Mansell y Alain Prost o entre Sebastian Vettel y el propio Charles en la temporada anterior.
Sin embargo, las tornas pueden alterarse a consecuencia de la incertidumbre que atesora este deporte. Cabe recordar que Kimi Räikkönen apuntaba a liderar la estructura en la temporada 2008 al ser el vigente campeón, pero las tornas se cambiaron tras haber percibido una mejora de rendimiento por parte de Felipe Massa.
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De este modo, el monegasco hace una llamada a la cautela. Es consciente de que el caché de Sainz no es el mismo. Aún no ha logrado ninguna victoria, mientras que su actual compañero goza de cuatro títulos mundiales.
Sin embargo, el español tiene interiorizada una cultura del esfuerzo digna de los grandes campeones. Por tanto, considera que imperará una gran batalla en el equipo, señalando que no tiene asegurado el puesto en el primer equipo.
«Yo no me he convertido en el número uno. Pienso que Carlos es un gran piloto y lo demostrará, si no lo ha hecho ya. Para mí será un gran reto, es cierto que diferente al de pilotar junto a Vettel, pero claro que Carlos me va a incordiar, va a ser muy rápido».
Sobre el que aún sera su compañero, Leclerc asegura que se siente feliz de haber compartido este tiempo junto a Sebastian Vettel:
«Me enseñó muchas cosas, eso es cierto, y soy feliz por haberle tenido como compañero porque es un piloto muy experimentado»
Cabe destacar que no es la primera vez que el propio Carlos no es catalogado como el líder del equipo a las primeras de cambio. Max Verstappen y Nico Hülkenberg partían como líderes en Toro Rosso y Renault, pero supo estar a su altura. Es cierto que perdió ante ellos el duelo entre compañeros de equipo.
Pero el madrileño ostenta otra la capacidad de la resiliencia. Siempre ha sabido dar la talla bajo presión. Es plenamente consciente de que Ferrari exige el aprendizaje mientras busca la gloria. Sin duda, el desafío es extremo, pero la mentalidad de su padre y Fernando le acompañan.
Por otra parte, Leclerc denota pasión por la competición. Su nobleza durante su primer año en Ferrari encandiló a la afición. A pesar de los errores que pudo tener el equipo en contra de su beneficio, nunca mostró reproches público. Al contrario, la palabra aprendizaje aparecía en todo momento, la misma que estará marcada en el futuro de una escudería que quiere volver a la senda de la victoria.
