Lo que parece una quimera para todo el mundo, en Brasil es un cuento chino, ya que los organizadores del evento paulista hacen caso omiso a las recomendaciones sanitarias acerca de eventos masivos durante todo el año, ya que ellos quieren organizar la carrera con los fans animando en las gradas que rodean al trazado de Interlagos.
Todo esta locura que tienen en mente los organizadores del evento brasileño no tiene ningún tipo de sustento, ya que la grave crisis sanitaria que se vive especialmente en el país con más de 500.000 personas afectadas con el coronavirus, y las más de 30.000 muertes hacen inviable que pueda producirse el evento con público en las gradas.
El estado de Sao Paulo, donde se encuentra situado el trazado de Interlagos, permite desde el día de hoy la apertura de tiendas y centros comerciales puedan volver a abrir sus puertas después de dos meses de cuarentena a pesar de tener más del 20% de los casos que tiene todo el país.
Mientras el alcalde la ciudad, Bruno Covas hacía gala del buen trabajo realizado por todos para poder abrir paulatinamente la ciudad y poner en el punto de mira la celebración del GP de Brasil:
«La ciudad ha cumplido con todos los criterios del estado para avanzar en las restricciones relajantes y coloca a la carrera de F1 en nuestro punto de mira. El Gran Premio de Brasil es la penúltima carrera de la temporada, por lo que tenemos más tiempo de preparación que casi todas los demás circuitos»
El organizador del evento, Tamas Rohonyi ha conseguido revitalizar el evento brasileño y la temporada pasada metió a más de 158.000 personas durante el fin de semana y confía en repetir este curso:
«Los preparativos para el Gran Premio de Brasil están programados y estamos seguros de que el famoso circuito de Interlagos será el escenario de otra carrera fascinante. Esperamos la confirmación de la fecha de noviembre por parte de la FIA para poner boletos a la venta»
Aunque el Gran Premio de Brasil obtuvo luz verde este año, su futuro a largo plazo es más oscuro. El contrato de la F1 con Interlagos expira a finales de 2020 y el año pasado el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, respaldó una propuesta para cambiar la carrera a Río de Janeiro, aunque a día de hoy es algo inviable en todos los sentidos.
También entra en juego, la renovación del contrato con la Fórmula 1 ya que Liberty Media solicita unos 35 millones de euros por mantener la carrera brasileña, mientras que actualmente paga unos 28 millones por el canon del evento.