La temporada 2020 de Fórmula 1 pasará a los anales de la Historia por su calendario atípico como respuesta a la crisis del coronavirus. La intensa silly season vivida y carreras llenas de locura como las vividas en Austria, Silverstone, Monza o Mugello.
Sin embargo, el dominio de Mercedes sigue siendo la tónica habitual de la temporada. Llevan siete años consecutivos consiguiendo el título mundial y todo apunta a que habrá un octavo. Es cierto que la FIA y Liberty Media han puesto sobre la mesa medidas para paliar esta sangría de títulos. El límite presupuestario y la reducción de costes para la temporada 2022 invitan a la esperanza.
Pero Ross Brawn, actual director deportivo de la Fórmula 1, pretende poner en escena parrillas invertidas para que se abran las posibilidades de victoria para más pilotos. Carlos Sainz, protagonista de la zona media en los últimos años, se muestra favorable, mientras que un intratable Lewis Hamilton rechaza semejante idea.
Sebastian Vettel ha sido el último piloto en manifestarse. Ha pasado de luchar por los podios a verse inmerso en la nada debido a la falta de prestaciones de su Ferrari. A pesar de sus circunstancias, considera que las victorias deben basarse en las prestaciones de cada piloto, sin recurrir a maniobras superficiales.
No obstante, cabe recordar que el dominio de Ferrari se frenó en seco durante la temporada 2005 con cambios reglamentarios. Además del gran trabajo de Renault y McLaren en aquel año, la obligación de usar un propulsor por temporada y el hecho de tener que aguantar la carrera con las mismas gomas mermaron a los de Maranello. Al fin y al cabo, los neumáticos Michelin se vieron favorecidos en dicha normativa.
«Si estás yendo en esa dirección, es un testimonio de que no lograste crear regulaciones y herramientas que igualen más la parrilla y mejoren las carreras en la pista. Quiero decir como recordatorio que teníamos nuevas normas en el alerón delantero que les costaron a todos una fortuna, pero al final no han cambiado mucho en términos de igualdad».
El alemán cree que esta normativa, iría en contra del espíritu mismo de la competición:
«Como piloto, por mucho que no me guste que ganen otras personas, tengo que aceptar si otras personas ganan o hacen un mejor trabajo. Por lo tanto, creo que estaría mal, en nombre del deporte, intentar mezclar las cosas de esa manera».