La dolorosa campaña que ha tenido Ferrari, principalmente por el pobre rendimiento de su motor, da un vuelco un tanto complicado. En el pasado, Mattia Binotto y Simone Resta fueron considerados por la prensa como archienemigos. Pero dadas las circunstancias actuales de la Scuderia, la cúpula italiana ha regresado al ingeniero desde Alfa Romeo. No sabemos si Binotto le ha llamado, o la orden vino desde más arriba.
Este movimiento que, aunque no es nuevo, da una ligera idea de lo grave que es la situación del monoplaza, y de lo que podría significar para el año entrante de quedarse así.
No podemos negar que la inestable parte trasera del SF1000 ha dado muchos dolores de cabeza a los dos pilotos. Y, en palabras del actual director de chasis, es parte importante del bajo rendimiento general de monoplaza.
Desde Maranello, han reconocido que, para 2021, el principal objetivo es desarrollar, prácticamente desde cero, esa parte posterior. El italiano cree que con resolviendo esta situación, podrán obtener mucho mejor rendimiento, toda vez que se ha confirmado que no pondrán partes del coche de 2019.
Sebastian Vettel es quien más ha sufrido con la baja carga del tren trasero. El alemán es conocido por siempre sacar mucho mayor rendimiento en coches con mucho agarre de las ruedas posteriores, y es por esto que se ve más débil en pista en comparación con su compañero actual, Charles Leclerc, quien ha sabido adaptarse mejor a las circunstancias.
Podría parece que al fin le han hecho caso al tetracampeón, justo en su último año con la escudería. Pero es que Resta ha dicho que la parte trasera pone en evidencia la poca potencia. El italiano no quiere repetir la historia de este atípico 2020.
“Lo que estamos haciendo es centrarnos sólo en nuestro trabajo. Necesitamos determinar las áreas para mejorar el proyecto actual. La parte trasera la tendremos que rediseñar, porque hay muchos aspectos que nos hemos dado cuenta se pueden mejorar para obtener más rendimiento”.
El jefe de Ferrari, Binotto, ha sido claro en relación a los rumores que apuntaban a recuperar partes del antiguo SF90 y adaptarlas al nuevo monoplaza. Además, apela a lo que ha estado diciendo durante casi toda la temporada:
“El SF1000 es muy diferente al que teníamos en 2019. No podemos poner tan solo partes de uno al otro, simplemente no es posible. Ahora, lo más importante, es continuar enfocados. Debemos dejar los rumores de fuera para centrarnos sólo en nuestro desarrollo. El trabajo de todos es vital, y creo que manteniéndonos unidos lo podremos lograr”.
En la F1 también se sufre de la llamada “memoria a corto plazo”. Los tifosi siguen preguntándose cuándo llegará el relevo de Binotto. Pero es que la costumbre puede llegar a ser una mala consejera.
Desde que se revolucionaron los adentros de la Scuderia, se fijaron las metas a largo plazo, incluyendo los problemas que esto podría traer en las temporadas previas al cambio de reglamento.
Es claro que, desde lo más alto de la cúpula italiana, están también acostumbrándose a la nueva forma de hacer las cosas, y creo que eso, a fin de cuentas, dará resultados diferentes, quizá muy buenos, quizá no tanto, pero sí distintos.