Al grito de El Che….co Pérez, “hasta la victoria, finalmente!” ruge México, que esta temporada no ha podido ni albergar su GP, ni ser posiblemente de nuevo galardonado como mejor fin de semana de carrera del año por cuarta vez.
Pero un hijo de México llega a lo más alto de la Formula 1. 10 lustros después de la última victoria conseguida por Pedro Rodríguez. Speedy Gonzales Sergio ha triunfado en un certamen que parecía acabado para el después de pocos centenares de metros. Otra carrera al traste, otro buen resultado al garete, otro sueño roto para uno de los pilotos más sólidos, concreto, rápido y talentoso de la máxima categoría del motor.
En esa misma instalación del desierto Bahreinì que siempre nos brinda épicas batallas, grandes duelos a golpes de ruedas y adelantamientos; en ese mismo trazado, cortado y más rápido, donde tan solo 7 días antes había visto incendiarse el trasero de su coche, y apagarse la posibilidad de subirse a otro, merecidísimo podio.
Ayer Checo ha sido compensado con intereses, se lo ha ganado con merito gracias a otra remontada, desde el fondo del pelotón. En estas últimas temporadas ha sido el mejor de los demás, junto con otro latino, Carlos Sainz. Y mira el caso, mientras que el madrileño la próxima temporada será titular en Ferrari, el mexicano podría acabar siendo su reserva en rojo.
Pero, vamos a ver, Sergio Pérez ha sido el mejor piloto pasado por Force India, luego denominada Racing Point y que será Aston Martin en 2021. Un equipo multipropriedad llegado desde meses a la manos de Lawrence Stroll, después que el bueno de Checo y sus patrocinadores lo hayan salvado de la quiebra. Ha hecho puntos, podios, remontadas. A luchado de tú a tú con los mejores, cuando ha podido, demostrando no ser inferior a ellos. Y puede que en una semana acabe, de momento creo, su estancia en la F1.
Algo no cuadra; las cualidades de Sergio están allí, en el asfalto, en los resultados, en las prestaciones también. Pero sabemos cómo van las cosas actualmente en la F1. Solo diez equipos, 20 pilotos, muchos límites y poco desarrollo en libertad. Una Formula 1 que, directamente o indirectamente, castiga el talento, limita las calidades de los pilotos. Y mata, bastante, la competición.
A inicio de temporada los monoplazas rosas estaban en la boca de todo para esa polémica de ser las copias, o los muy parecido clones de los Mercedes todo poderosos. Recursos, penalización en puntos para Racing Point, las prestaciones en pista bajando y deludiendo. Luego llega otro mazazo para Pérez, con la positividad al COVID19 de Sergio. Burbuja rota, inquietud, gana de volver, buenos resultados que se escapan por poco, su compañero que consigue la pole en la deslizante Instanbul. Pero en casa de los de Silverstone, ha sido siempre el Speedy Pérez sobre ruedas a garantizar titulares, la mayor parte de puntos e cosas grandes, hasta la victoria, finalmente!
Gana en Bahréin versión “Indy”. Un trazado único en esta temporada como muchos hemos vivido debido a la pandemia e sobre todo a circuitos de verdad que han vuelto a mostrar sus virtudes, permitiendo a los pilotos de sacar pecho y prestaciones antológicas. En la Indycar podría estar, como alternativa al no poder conservar asiento en F1. O tomarse un año sabático desde el cual no es facial regresar – a ver que nos dirá otro latino más Fernando Alonso – , también por esas “limitaciones” de que he hablado antes.
Red Bull tiene un asiento libre, porque no creo que el bueno de Alex Albon pueda mantenerlo. El nombre de Sergio suena, aún muy alto, desde ahora. Pero mucho me temo que el fastidio que provoca al oído del holandés volador lo mantendrá alejado del monoplaza de Milton Keynes. En Italia hoy, después de la gran actuación de Russell, el nombre de George insinúan pueda entrar en la quiniela para ser compañero de Max Verstappen. Todavía va a ser que no, en una semana sabremos el futuro de Sergio Pérez.
Ese hijo de México que ha hecho explotar todo un pueblo, ha calentado ánimos, corazones, al grito “hasta la victoria, siempre”.