2020, menudo año para Ferrari. En la historia de la mítica marca del Cavallino, ese año pasara como uno de los peores en la Fórmula 1. Tras un aceptable 2019, los italianos pasaron de discutirles el dominio a Mercedes, a ver como su rendimiento bajaba en picado, para terminar finalmente sextos en el campeonato. Con Charles Leclerc 8º en la clasificación y aun peor para un desconocido Sebastian Vettel, 13º.
Por todo ello, y a espera de la tan esperada revolución en el deporte que debe llega en 2022, si la pandemia lo permite, en Maranello han emprendido un «revolución».
Revolución tanto en ese aspecto humano, como en el técnico, dentro de lo que permite el reglamento para este año.
En el aspecto humano, muchas son las caras que han cambiado ya en los últimos 12 meses. Como no empezamos por el más visible, la salida de Vettel y la llegada de Carlos Sainz para ser compañero de Leclerc.
Dave Greenwood, Carlo Santi, Wolf Zimmermann, Jock Clear, Claudio Albertini, Diego Loverno, Corrado Lotti, Enrico Cardile, Christian Corradini, Marco Matassa, Simone Resta, Laurent Mekies, dejaban, entraban o cambiaban de rol dentro del conjunto italiano en 2020.
Pero los numerosos desafíos a los que se enfrenta Ferrari ha obligado a definir nuevos roles.
Reportando al director del equipo y director general de la Scuderia Ferrari, Mattia Binotto para el área técnica estará: Enrico Cardile (Chasis), Enrico Gualtieri (Unidad de potencia), Laurent Mekies (Racing) y Gianmaria Fulgenzi (Cadena de suministro).
Con el objetivo de ser más eficaz y eficiente en la búsqueda del máximo rendimiento, el Departamento de Chasis se reorganizará en cuatro áreas principales:
-Concepto de vehículo (David Sanchez)
-Ingeniería de rendimiento del chasis (Enrico Cardile)
-Ingeniería de proyectos de chasis (Fabio Montecchi)
-Operaciones de vehículos (Diego Loverno)
Como vemos muchos cambios. Cambios que nadie duda que no se quedaran solo en esto. Sin ir más lejos, a última hora de ayer, siguieron rumores de una posible destitución de Mattia Binotto al frente de Maranello. Algo que no ha sido confirmado y que sinceramente, sería sorprendente a estas alturas y a pocos días de dar comienzo la temporada.
En el aspecto técnico, y a pocos días de poder ver el SF21, también sabemos que tenemos diferentes cambios. Ferrari presentara un nuevo motor. Un motor con el que esperan, como el mismo Binotto nos confirmó hace pocos días, mejorar su velocidad punta. El talón de Aquiles del año pasado:
«El año pasado nos faltó velocidad en recta, no solo por potencia de motor, sino por potencia y drag, pero hemos trabajado mucho en motor y aerodinámica, y en las simulaciones, lo que hemos podido ver es que creo que hemos recuperado mucha velocidad en recta. Espero que la velocidad no sea un contratiempo.»
Sabemos que se ha trabajado mucho en el interior la UP. Tanto en el ICE del V6, como en el turbo y los componentes híbridos. Los rumores apuntan a unos 30-40cv de mejora. Algo que es imposible de saber a ciencia cierta.
Según llega desde medios italianos, se ha trabajado en un rediseño de los deflectores laterales y el empaquetado de los pontones. Pero sobre todo en un nuevo diseño de la tapa del motor. También parece que se ha reducido la caja de cambios, para mejorar la aerodinámica en la parte trasera.
También existe el objetivo de reducir el peso del vehículo. Esos cambios le permitirán a los de rojo ganar potencia en cuanto al provecho aerodinámico.
Pero a pesar de todo esto, tenemos el tema del «castigo» que sufrió Ferrari la temporada pasada. Castigo que se levantaría este año y permitiría a los de Maranello y equipos cliente, poder exprimir toda la potencia de su motor.
¿Motivos para ser al menos «moderadamente» optimistas? Creo que sí. Pero habrá que esperar a los test de Bahréin y sobre todo al primer Gran Premio para saber a ciencia cierta si esto es real, o más humo italiano.
Animo, ya nos queda poco para poder comprobarlo.