Una semana después de la polémica en la famosa Curva 4, es algo triste que siga siendo un tema muy importante para el mundo del automovilismo. Hay muchas versiones de lo que debería haberse hecho. La mayoría de las más sensatas concluyen en lo que hemos venido diciendo desde hace varios años. La inconsistencia de la FIA es la principal responsable.
Recordemos de forma rápida lo que sucedió. Max Verstappen adelantó a Lewis Hamilton por fuera de los límites que no eran límites en la Curva 4. Dirección de carrera ordenó que se devolviera la posición, con lo cual el de Red Bull llegó a la meta en segunda posición del GP de Bahréin.
Helmut Marko, asesor de los de las bebidas energéticas, cree que hay algo sospechoso en que Mercedes sí tuviera licencia de aprovechar el exterior de esa curva toda la carrera, cuando a ellos no se les permitió cuando preguntaron si podían hacer lo mismo:
“Creo que en general se trata de un asunto sospechoso. No hubo sanciones, pero se ganó tiempo por vuelta”.
En relación a la solución, para Marko es algo muy fácil. Para su gusto, en la Fórmula 1 existen muchas escapatorias de asfalto que no tendrían que estar ahí:
“Si colocas un muro allí, todo se resuelve. Cualquiera que golpee el muro, dañará su propio coche. Nadie quiere dañar su propio auto. No termino de entender porqué tenemos tantas escapatorias de asfalto en tantos circuitos, y mucho menos, porqué no creamos un límite claro a todo esto”.
A pesar de que el cierre de la carrera fue bastante cerrado, con sólo 7 décimas de diferencia entre ambos pilotos, Marko duda que el holandés hubiera ganado de cualquier manera. Pero no tanto por rendimiento, como así lo explica:
“No, terminar 5 segundos por delante no hubiera asegurado la victoria de Max. Estábamos seguros de que la penalización habría sido tan grande que Hamilton habría ganado de cualquier manera. Si hubiera quedado a 5,8 segundos, le habrían puesto una sanción de diez”.
Conocemos de sobra que el austriaco no tiene filtros entre lo que piensa y lo que dice, pero también sabemos que cuando algo dice, es porque sabe algo.
Al final, Red Bull podríamos decir que tiene en sus manos un arma poderosa para que, si se vuelve a presentar alguna situación parecida, puedan usarla a su favor. Esperemos mejor que las cosas sean claras y se resuelvan en pista.