El día sábado pudimos ser testigos de una de las clasificaciones menos previsibles de toda la temporada, pero quizá también de varias atrás. No sólo por los tres primeros, sino por la remembranza de aquellos años con las tres marcas más importantes de la historia de la Fórmula 1.
Con las penalizaciones que ya sabemos de Charles Leclerc, Nicholas Latifi y Max Verstappen, la grilla de partida se antojaba bastante interesante. Desde la pole position, se esperaba que Lando Norris pudiera defenderse de una manera un tanto fácil.
A su lado, Carlos Sainz, con su mejor puesto de salida en su carrera, mostraba ciertas dudas de poder mantener la posición antes de llegar a la primera curva. Detrás de ellos, George Russell con su Williams, el menos probable, se planteaba la posibilidad de darle batalla al McLaren, aunque con ciertas dudas en rendimiento puro.
Lewis Hamilton, luego de sus toques en la entrada de pits y el trompo en la última tanda rápida, arrancaba decidido a recuperar posiciones lo antes posible, para asegurar retomar el liderato en el campeonato de pilotos.
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En la parte media y por detrás del británico, la mezcla se antojaba un tanto variada, pero no por eso menos complicada. Fernando Alonso, con su sorpresiva sexta posición, arrancaría con la firme intención de seguir haciendo “magia” en las salidas. Mientras que un poco más atrás, los AlphaTauri, Aston Martin y el otro Alpine, tendrían por delante lo que parecía el duelo más complicado.
Terminada la vuelta de formación, el GP de Rusia arrancó cuando los semáforos se apagaron.
Norris tuvo deslizamiento y perdió tiempo, suficiente para que Sainz se pusiera a la par del británico ganando la posición. Hamilton también tuvo una mala arrancada, quedando el tercer puesto, con Lance Stroll encontrando espacio por el medio para colarse en la parte delantera.
Alonso consiguió abrirse espacio también para conseguir adelantar, mientras Sergio Pérez se lanzó con cuidado para comenzar los adelantamientos esperados.
En la parte trasera, y luego de la penalización a última hora para Valtteri Bottas, pudimos ver lo normal, al finlandés y a Max adelantando autos de forma fácil. Aunque parecía que la estrategia de Mercedes ería detener a Max con Valtteri, el trabajo del neerlandés fue mejor.
La punta se quedó pintada de rojo por varias vueltas, ayudados por el tapón que George Russell creaba tratando de mantener su tercer puesto. Esto permitió que Norris construyera su adelantamiento, después de la activación del DRS.
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El desfile de pits comenzó un par de vueltas antes de los pronósticos, confirmando la estrategia a una parada de todos los equipos. Lástima de la lentísima parada a Daniel Ricciardo que le costó seguir peleando en la parte delantera.
Luego del reacomodo, nos encontramos con una carrera un tanto plana. Las batallas se daban en grupos, todos ayudados por el DRS, pero con las dificultades para todos de pasarse.
Y como se esperaba, Max fue el que estuvo más tiempo en las cámaras, adelantando lo más que podía a todos los que se encontraba en pista.
Entrando en el último tercio de la carrera, las estrategias comenzaron a tener sentido. Los Red Bull cambiaron tarde sus duros por medios, igual que Bottas, pero Hamilton con la contraria, comenzaba a verse perjudicado.
Checo y Max en modo ataque se llegaron a mostrar en tercero y cuarto puestos, pero algunos detalles en el auto de Verstappen lo obligaron a mantenerse un poco por detrás.
Pero no todo estaba escrito. Norris parecía tener la victoria asegurada, defendiéndose bastante bien de Hamilton.
A tres vueltas del final, comenzó a llover. Las decisiones rápidas fueron las que hicieron la diferencia, mandando al líder hasta la novena posición, mientras que el británico, que se adelantó a cambiar por intermedios, tuvo la suerte del campeón para conseguir su victoria número 100.
Max, haciendo lo mismo, se acercó hasta la segunda posición, reduciendo al máximo el gap de haber largado en el fondo de la parrilla. Pero Red Bull no consiguió replicar la estrategia con Checo. En posición de podio, no lo llamaron a tiempo, cuestión que lo relegó hasta la novena posición, incluso detrás de Bottas.
Un final completamente inesperado, con Sainz completando el podio, cumpliendo así lo que esta temporada ha sido, un 2021 con cambios en todas las carreras.
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