El Francés Frédéric Vasseur, Jefe de Equipo de Alfa Romeo Racing tiene mucho que explicar.
Los hechos son claros, sobre todo en el mundo del deporte, la tabla de posiciones es objetiva. Es un juez severo, áspero, pero justo. Alfa Romeo terminó en la posición 9 de 10 contendientes en el año.
No importaron las frecuentes participaciones en la Q3 de Antonio Giovinazzi. Ni los destellos en las arrancadas de Kimi Räikkönen, ni tampoco importó que en el papel, el C41, era el auto que más había mejorado respecto a la punta al principio del 2021.
Evaluar y diagnosticar son habilidades fundamentales de un líder, tan importante como las decisiones que se toman en base a ellas. Vasseur ha sido llamado por muchos como un dilettante de la Fórmula 1, y sabe cómo hablar al respecto de estos casos.
Vasseur se sincera y admite que el impacto de las decisiones técnicas fue más alto que lo que previeron al principio del año:
“Tomamos una decisión respecto al 2022 muy temprano, al final del 2020, y quizá desestimé el hecho de que tendríamos que competir 22 carreras con el mismo auto.
En el lado psicológico, no es fácil. Cuándo sabes que tienes mejoras en la línea de producción, siempre tienes esa motivación, ese tipo de esperanza, de que ya vienen mejoras. Y simplemente ese no era el panorama”.
Ciertamente, la lógica de la directiva en Hinwil es fácil de entender, en las primeras pruebas el auto se mostraba sólido, rápido desde la primera vuelta y sin complicaciones notables en el reglaje.
Revisando las expectativas de hace exactamente un año, es fácil encontrar que el pronóstico general era que Alfa Romeo se alojaría fácilmente entre los equipos de media tabla, incluso por encima de Alpine F1.
Vasseur comparte el sentimiento de saber que el auto no era el problema:
“El rendimiento puro no estaba mal, creo que dimos un paso adelante comparándolo con el año previo.
Viendo los promedios en calificación, éramos más rápidos que los Williams, nuestro competidor directo. Y éramos más rápidos en las carreras también, terminamos como 14 veces delante de Williams en el año”.
@Anto_Giovinazzi
Objetivamente, el Alfa siempre estuvo más cerca del pelotón que de la cola a lo largo de la temporada.
Bélgica fue clave. La extraordinaria vuelta de George Russell, y la infame decisión de declarar la carrera válida tras un par de vueltas bajo el auto de seguridad, otorgaron puntos decisivos a Williams que Alfa nunca recuperaría.
El francés habla con notorio sentir de lo sucedido en ese verano:
“Perdimos dos buenas oportunidades, en Budapest y Spa. Creo que en Spa, no hicimos un buen trabajo en la calificación, y por ello no marcamos puntos.
En Budapest, fue un poco más frustrante. Hicimos un buen trabajo en la clasificación, que desde la perspectiva de equipo fue una de las mejores, y nos vimos envueltos el choque de la curva 1”.
Hubiera sido mejor calificar como Williams 17 o 18… pero así son las cosas”.
La capacidad de evaluación, para el diagnóstico y el post mortem son solo elementos clave, pero no lo más importante que se requiere para un líder. El qué hacer con esta información es lo que distingue a los triunfadores.
“Teníamos que tomar una decisión. ¿Queríamos invertir no solo mucho dinero, sino más tiempo y recursos en el 2021? ¿Y cuál era la expectativa, subir del 9o. al 8o.?
Era eso, o poner todos nuestros recursos en el ‘22 y entonces ver, porque el potencial era mucho más grande”.
Este tipo de decisiones que tienen impacto 18 o 24 meses después de haberse realizado, son la diferencia entre un salario de 6 cifras o uno literalmente millonario, como es el caso de los jefes de equipo superstar tipo Toto Wolff o Christian Horner.
Habrá quienes consideran que no fueron los recursos, ni la velocidad, ni la mala fortuna los que colocaron al equipo Italo-Suizo al fondo de la clasificación.
El elemento de conducción en pista, de dirección de carrera, de apoyo logístico, de calidad de ingeniería y construcción, pequeños detalles que tienen un impacto claro en el cronómetro y en la mentalidad del equipo son directamente relacionados a la estatura del Jefe de equipo.
El éxito o el fracaso, cae en cascada desde la punta de la pirámide y figurativamente, empapa a todos los componentes de una organización. Este es un hecho dogmático del estudio de las organizaciones.
Habrá que dar a Alfa el beneficio de la duda, más ahora que se incorpora a sus filas un probado ganador de GP en la figura de Valtteri Bottas.
Un año de resultados magros, o terribles, requerirán una evaluación, diagnóstico y decisiones que ya no seguramente no serían tomadas por Vasseur.
Esperemos a Marzo.
