El piloto neerlandés llega al GP de Singapur con el viento a favor, tanto para su cuenta particular de victorias como para las de su equipo, con las posibilidades remotas de conseguir el sexto mundial de constructores. Tras vencer en Monza de manera holgada, al igual que las otras nueve veces, Max Verstappen se adentra en un circuito con pocos recuerdos positivos para él. Entre otros momentos, el accidente con los Ferrari en la salida en la temporada 2017, o el más reciente, el del año pasado. En aquella carrera pudo sentenciar el mundial, pero terminó séptimo.
Ante la ofensiva de Ferrari en el GP de Italia, el piloto de Red Bull cree que habrá mucha igualdad. Sin embargo, Verstappen piensa que podrían tener problemas:
«No seremos tan competitivos como en otras pistas. Los circuitos urbanos se nos atragantan un poco, aunque creo que podremos dar un buen papel. Todo está muy ajustado».
También contamos con una nueva configuración en el circuito de Marina Bay tras la eliminación de cuatro curvas y la introducción de una recta. Podría tener DRS para que hubiera aún más adelantamientos, pero la FIA no lo ha habilitado, de momento:
«Creo que la pista está muy bien. Se han eliminado curvas, y respecto a la nueva recta… A ver si podemos presionar para tener una zona de DRS ahí».
El GP de Singapur también tiene la buena, o mala fama, de ser la carrera más dura de todas, ya sea por el calor o porque es un circuito urbano. Lo cierto es que el físico de los pilotos se merma mucho tras casi dos horas, o más si sale el Safety Car, con una humedad superior al 70%. Añadido a los 50ºC de temperatura a la que están sometidos dentro del auto, terminan la carrera duchados de sudor.
Ante estas circunstancias, Max Verstappen se atrevió a nombrar lo bueno y lo malo de esta prueba de supervivencia:
«Lo mejor de pilotar aquí es que pierdes más peso que en una carrera normal (risas). Y lo negativo es que es muy incómodo ya que sudas mucho, pasas mucho calor… Además, hay que mantenerse centrado en todo momento y concentrarse para mantener el coche en la pista y no ir al muro».
Veremos si el neerlandés volador es capaz de dar brotes verdes en un circuito que se le atraganta, lo suficiente para llenarse de motivación y ganar en otro circuito diferente y lograr la undécima victoria consecutiva.