El empresario canadiense suma y sigue acaparando portadas en la Fórmula 1. El año pasado quedó perfilado como el salvador de una Force India que deambulaba hacia la desaparición convirtiendo al equipo indio en Racing Point.
Ahora mismo, pretende que su compra ejercida sobre Aston Martin adquiera influencia en el «Gran Circo». De este modo, los bólidos pasarían a llevar el icónico color «british racing green» con Mercedes de motorizador.
Este hecho puede propiciar grietas irreversibles en el acuerdo de patrocinio vigente entre Red Bull Racing y Aston Martin. Además, la firma anglosajona colabora con los austriacos en programas como el Aston Martin Valkyrie, diseñado por Adrian Newey y que servirá como base para competir en el WEC bajo el reglamento «hypercar».
La caída del fabricante británico en bolsa ha incitado a la puesta en escena del nuevo proyecto empresarial de Stroll. Cabe recordar que sus acciones han caído más de un 50 % durante este año 2019. El balance negativo presentado fue de 80 millones de libras.
Además, según las informaciones conjuntas de los medios británicos Autocar y RaceFans, este movimiento puede repercutir en Racing Point. La escudería en la que pilotan Sergio Pérez y su propio hijo pasarían a tener la nomenclatura de Aston Martin, otorgando un mayor prestigio a la marca.
A día de hoy, ninguna de las partes implicadas se han manifestado con respecto a este posible acuerdo. No obstante, esta noticia ha tenido una gran repercusión en Aston Martin. El valor de sus acciones han aumentado un 17%.
Otro incentivo para que la marca siga adquiriendo beneficios ha sido hacer acto de presencia en el trailer de la película «No time to die», la última obra de arte de James Bond. También estará presente en el film en Valhalla, un hypercar que se comercializará a partir de 2021.