El día llegó. La última carrera de la temporada también fue la última de la década. El GP de Abu Dhabi, a pesar de contar ya con ambos campeonatos decididos, todavía tenía mucho por entregar, con la definición de las posiciones de las escuderías y los pilotos de media tabla.
Así, los semáforos se apagaron, para darnos una carrera que, como veces anteriores, no mostró gran espectáculo, sino más bien un paseo suave de Lewis Hamilton que logra su 50ª victoria saliendo desde la posición de privilegio, terminando un año extraordinario para el inglés, aunque no tan fácil después del parón veraniego.
La salida ha tenido un pequeño inconveniente desde el fondo, pero nada que nos levantara de la silla, mientras que Pierre Gasly tuvo que recorrer todo el trazado para entrar a pits sin alerón delantero por un toque que provocó Lance Stroll, haciendo que el francés tocara a Sergio Pérez para perder la parte delantera.
En la punta, Max Verstappen otra vez no tuvo una salida como hubiera esperado, con el Ferrari de Charles Leclerc adelantándolo en las primeras de cambio, ayudado por la increíble velocidad del motor italiano. Hay que apuntar, que los comisarios tienen una investigación por resolver para el monegasco, por una inconsistencia en la cantidad de combustible dentro del monoplaza. De ser sancionado, podría ser descalificado.
Desde el fondo de la grilla, Valtteri Bottas consiguió subir seis posiciones apenas terminada la primera vuelta, iniciando su remontada que lo dejó en P4, cerca del podio, con menos de un segundo de diferencia de Leclerc, que se agenció la tercera posición detrás del holandés.
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Un error en los sensores que activan el DRS provocó que la dirección de carrera advirtiera su mal funcionamiento, por lo que los adelantamientos en las primeras vueltas se redujeron.
Los pilotos del futuro tuvieron su batalla dentro de pista, esta vez, saliendo ganador el de Red Bull, que hace honor al excelente chasis de la escudería austríaca para conseguir eliminar la diferencia de velocidad contra el Ferrari por la parte técnica del circuito, al igual que los Mercedes.
La primera ventana de cambios de neumáticos llegó, con las estrategias a una parada de la mayoría de los pilotos, pero sin incidir en los resultados esta vez. Recordemos que el circuito de Yas Marina es conocido por la difícil (por no decir otra cosa) manera de lograr que se cambien las cosas desde los boxes si no existen situaciones extraordinarias.
Carlos Sainz, a falta de una vuelta, consiguió adelantar a Daniel Ricciardo para asegurar el sexto puesto en el campeonato de constructores, el título de “el mejor del resto” esta temporada. Los de McLaren tuvieron sus claros y sus oscuros en la carrera, pero lograron salvar los muebles. Lando Norris no pudo quedarse con la P7 a manos del mexicano, pero demuestra una vez más su gran valor como pilotos, mientras que el español confirma su buen manejo y su calidad como piloto.
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En Racing Point no las tuvieron todas. Lance Stroll tuvo que abandonar, dejando sin sus posibles puntos al equipo. Los de Silverstone tuvieron un regreso del verano muy bueno, pero todavía les falta para estar donde quieren estar.
Sebastian Vettel consiguió adelantar a Alexander Albon. El alemán mostró sus dotes de piloto. No ha sido suficiente, pero genera esperanzas para el futuro.
Así, la carrera terminó como se esperaba, sin dramas, con pocas emociones, pero no tan pocas como antaño. Hoy se confirmó la aplastante superioridad de los Mercedes en esta pista, que desde el 2014 no dejan que nadie se suba al lugar más alto del podio.
El piloto del día ha sido una sorpresa: Nico Hülkenberg. Más por su despedida, pero ha sido un buen detalle de los aficionados a la Fórmula 1.
La temporada 2019 ha llegado a su fin, tendremos que esperar poco más de 3 meses para volver a ver los semáforos apagarse en Australia, pero nos ha dejado una segunda parte emocionante, y con las sensaciones de que el siguiente año será aún mejor.
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