Cuando se trata de hablar de la Fórmula 1 en una especie de análisis de lo que es este deporte motor, no se puede nunca dejar de lado el tema del dinero.
Hoy, la F1 está delante de uno de los mayores retos financieros de su historia luego de que se acerca un colapso económico mundial a causa del COVID-19.
A raíz de esto y como forma un tanto preventiva, los jefes y directivos de los equipos tendrán un recorte salarial del 20%, mientras que el CEO, Chase Carey, pudiera aplicarse un porcentaje mayor de forma voluntaria.
Pero esto no acaba aquí, porque la F1 ha tenido que suspender a varios empleados, o como se le conoce en España, aplicar una especie de ERTE para poder afrontar estos retos financieros.
Recordemos que la F1 vive de los ingresos que se generan en las carreras, por patrocinios, y, los más importantes, por los derechos de transmisión por televisión.
El riesgo de cancelar la temporada 2020 continúa en boca de algunos, lo que significa que aún es toda una gran posibilidad que, de materializarse, podría dejar en serios apuros a la máxima categoría.
Una explicación un tanto escueta sería así:
Si el número de carreras no llega a 15, se le tendrá que regresar una parte del pago a las propias emisoras. Se suman a esto las tarifas de hospedaje que se han perdido por las carreras canceladas, que podrían aumentar en el transcurso de los días.
Además, el dinero que los equipos ganaron el año pasado tendrá que pagarse aunque se reduzca el número de GPs, que, a pesar de ser diferido, supera los 900 millones de euros.
Liberty Media, dueños de la F1, reportaron el año pasado en sus resultados financieros 350 millones de euros en la partida de costos de funcionamiento (excluyendo los pagos de equipos), de los cuales, 135 millones figuran como “gastos de venta, generales y administrativos”.
Desde que la empresa estadounidense adquirió al Gran Circo en 2017, el número de trabajadores ha aumentado significativamente, incluyendo a más de 400 personas sólo en las oficinas centrales de Londres, además de las que laboran en las instalaciones de Biggin Hill, en Kent, desde donde se dirigen las operaciones de TV.
Es por esto que la misma F1 sigue los pasos de los equipos británicos al confirmar esta especie de ERTE, en la que han tenido que suspender a parte de su personal a nivel general y a reducir los sueldos de todo el mundo, como lo comentamos antes.
La esperanza de que se de una temporada en este año no ha muerto, y Liberty Media está barajando todas las opciones posibles para cumplir con el mayor número de compromisos adquiridos, pero desgraciadamente, esto no está del todo en sus manos.