Si las primeras semanas de este parón obligatorio por la crisis del COVID19, fueron más o menos tranquilas en cuanto a noticias (solo salpicadas por los anuncios de cancelaciones), todo está cambiando en esta parte final.
La semana tuvimos un verdadero terremoto con todos los movimientos que tuvimos para la parrilla de 2021. Y esta, hemos tenido la reunión y posterior votación de los cambios reglamentarios de cara a los próximos años. Cambios que por cierto, fueron aprobados por mayoría y que 24 horas después ya están siendo discutidos por algunos equipos.
Pero parece que la cosa no se quedara aquí. Y no nos estamos refiriendo a la publicación del calendario para este año, que parece que llegará esta semana como estaba previsto. Si no que será en la primera semana de Junio.
Me refiero al futuro inmediato de uno de los equipos-constructores de la actual parrilla, Renault. Y no por saber quién será el sustituto de Daniel Ricciardo, si Fernando Alonso, Valtteri Bottas o quien sea. Si no por saber si seguirá más allá de esta temporada como equipo.
@RenaultF1Team
El futuro del equipo francés, es algo de lo que se viene hablando desde hace ya tiempo. Desde su «retorno» a la categoría como equipo propio en 2016, la fuerte inversión, y los pobres resultados han puesto en duda constantemente su futuro. Y a pesar que Cyril Abiteboul, director del equipo, se ha cansado de responder preguntas y negar el posible abandono, los rumores no han cesado.
Rumores que ahora, con toda la crisis derivada del coronavirus, se han incrementado aún más. Sobre todo desde que el mismo gobierno francés, en vos de su ministro de Economía, ha llegado a asegurar, que el futuro del fabricante está en el aire.
Renault, al igual que otras empresas está sufriendo como resultado de la pandemia de COVID-19. Renault tiene la suerte de tener una estrecha relación con el gobierno francés, el cual posee una participación del 15% en la empresa, pero eso no significa que la relación sea siempre fácil.
En los últimos días, los políticos franceses han estado ocupados jugando las amenazas, porque no quieren que la compañía use la pandemia como excusa para cerrar alguna de las instalaciones de producción en Francia. En los últimos años, la empresa ha trasladado la producción a fábricas ubicadas en Turquía, Eslovenia y Argelia. Y se dice que un nuevo plan de reestructuración, con el objetivo de ahorrar $ 2.2 mil millones en los próximos tres años, cerraría tres fábricas francesas y eliminaría varios modelos.
Todos entendemos que la amenaza de un posible cierre del fabricante francés, es del todo exagerada. Pero nadie duda que los altos cargos de la marca del rombo, se ven obligados a tener que ahorrar. Y el proyecto de la F1, parece que es uno de los más amenazados por este recorte necesario de gastos.
El presupuesto de Renault en la F1 ronda los 250 millones de euros. Sus ingresos procedentes del reparto de premios de la FIA es de unos 68, a los que habrían que suma los ingresos por patrocinio. Teniendo en cuenta que algunos de ellos, son marcas del mismo grupo Renault, se calcula que estos serían entre 100 y 120. El resto hasta llegar a esos 250, lo hace la propia marca. Así que las cuentan no salen.
La posible llegada de Fernando Alonso es algo que podría hacer reflotar las esperanzas el interés. De ahí que ciertos directivos apuesten por ellos, aunque algunos otros lo ven como un brindis al sol. Ya que más allá del impacto inicial, los milagros no existen y saben que luchar por victorias queda muy lejos.
El próximo viernes los franceses tienen que anunciar su futuro, y la posible salida como equipo, como motorista, o de los dos casos es más que una posibilidad.
Tocará estar atentos a lo que ocurra en los próximos días.