Podemos hablar horas y horas de la Fórmula 1 y sus entretelones. Incluso podemos hablar de epopeyas y de estrepitosas caídas de grandes equipos. Desde el ascenso de Mercedes o la debacle del sistema de gestión de Williams, esas historias se replican usualmente en el deporte motor.
Sin embargo, hay una poco colorida, que no atrae flashes, pero que en silencio se legitima como una historia de superación.
El caso de McLaren en la categoría reina no es tampoco una aguja en un pajar. Lo que es verdaderamente interesante, es el desarrollo que los ingleses vienen teniendo temporada a temporada, pasando casi desapercibidos en el mapa de la F1.
El recorrido inicia con la incorporación de Zak Brown al mando total de la escudería por 2016. El californiano tenía la dura tarea de rediseñar toda una estructura que no estaba siendo eficaz para el equipo. Es ahí cuando McLaren dispone rediseñar su base y comenzar un rearmado que le costaría varios años.
Hacía algún tiempo que los ingleses venían intentando redescubrirse para pelear por los primeros puestos. Incluso en 2015, la contratación de Andrea Stella (hoy director de carrera) le dio a la escudería un plan a futuro.
Brown y Stella al mando comenzaron a cambiar las cosas en las oficinas de Woking. Maquetando un plan duradero, sabían que vendrían tiempos difíciles, pero debían pasar la tormenta para encontrar la regularidad.
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De esta manera, comenzaron a verse los cambios. La primer medida fue la experimentación de cambio de proveedor de motor. En 2015 y por 3 años, Honda le proporcionó a McLaren las unidades de poder necesarias, lo que a la postre sería un estrepitoso fracaso.
La primera temporada ya sería para el olvido. Con Fernando Alonso y Jenson Button como conductores, los británicos finalizaron penúltimos en el campeonato. Solo pudieron sumar 27 puntos quedando a 9 de Sauber y solo por encima de Marussia que no pudo puntuar ni un solo Gran Premio.
Ya con Zak Brown e indicios de que la situación de McLaren con Honda no estaba bien, llegaba la temporada 2016. Para alegría de sus fans, la escudería repuntó en rendimiento, pero gran parte de eso fue debido a la baja de nivel de varios de sus competidores. Sosteniendo a sus pilotos, en 2016 los británicos serían 6° y tendrían una luz de esperanza para el futuro.
Sin embargo en 2017 llegaría el golpe más fuerte para el equipo. Stoffel Vandoorne y el mismo Fernando Alonso serían sus pilotos de una temporada que fue espantosa. Con 30 puntos, Zak Brown evidenció que habían tocado fondo. Penúltimos en el campeonato de constructores, con decenas de errores de fiabilidad en el motor, en Reino Unido ya no querían ni escuchar el nombre de Honda.
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Tras el Gran Premio de Abu Dhabi que cerró el calendario 2017 Brown ya enseñaba sus intenciones para el futuro:
«Es una temporada decepcionante, no es ni cerca lo que esperábamos. El auto estaba bien, pero teníamos fallas muy severas. Aquí (en Emiratos Árabes) solo pudimos sumar 2 puntos con Fernando y aún así tuvo complicaciones de piezas.
Nos tomaremos un tiempo para pensar, pero este año fue de aprendizaje. Es difícil sacar algo positivo de esta situación».
Las opciones eran muchas, pero la elección debía ser meticulosa. Manteniendo los mismos pilotos, se firmó el acuerdo con Renault como nuevo proveedor de motores. Para la administración de McLaren, no podía volver a existir un error, encerrarse 3 años nuevamente con un motor defectuoso sería la ruina del equipo.
No obstante, la temporada 2018 fue mejor de lo esperado. La directiva británica le había puesto a Zak Brown el ultimátum de finalizar entre los 8 primeros o sería corrido del cargo. Pero el buen andar del auto depositó a McLaren en la 6° posición del campeonato de constructores. Si bien fue favorecido por la sanción a Force India, el auto naranja le sentó bien a una escudería que inició su ascenso.
Así fue que llegó el año 2019 y caras nuevas por doquier. La 6° posición del año pasado sumó a las arcas de la escudería una proporción monetaria muy importante para el desarrollo del coche. También el cambio de pilotos fue un guiño apuntando a una promesa y a un experimentado. Lando Norris y Carlos Sainz serían los responsables de evidenciar las mejoras de McLaren y luchar por ser «el mejor del resto».
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Elementalmente, McLaren terminaría cumpliendo el objetivo. Si bien la irregularidad por fallos y mala fortuna no permitió puntuar en varios grandes premios a los ingleses, el 4° lugar sería suyo. Con 145 puntos, los británicos no solo arrasaron con Renault, sino que además lograron ubicar a sus pilotos como 6° y 11° en el campeonato.
Finalmente llegamos al campeonato actual. Un acotado calendario y una golpeada economía general que hizo modificar los planes no solo de la FIA, sino también de varios equipos. La escudería redujo a la mitad su personal y hasta dejó inutilizadas parte de sus instalaciones, el COVID-19 parecía ser un duro golpe para los británicos.
A pesar de esto, todas las escuderías se vieron afectadas por el coletazo de la pandemia, y los británicos parecieron ser tocados por una barita mágica que los volvió a hacer competitivos.
McLaren fortaleció su vínculo con Renault, y si bien pudo sacarle todo el provecho, aún no quedó conforme. Zak Brown sumó a Andreas Seidl para trabajar codo a codo como director de equipo, y finalmente subieron al podio de constructores desbancando a un golpeado Ferrari.
Con 202 puntos y en vilo hasta la última carrera, McLaren se quedó con el 3° puesto en un apasionante final en Abu Dhabi mano a mano con Racing Point y el eterno rival Renault.
Para este momento, las intenciones de los británicos son las de seguir escalando puestos, y para eso necesitan ser lo más competitivos posibles. Es por esto que tras 3 años en pura levantada, sorprendió la decisión comunicada a mitad de año de volver a cambiar de proveedor de motor, y mudarse a Mercedes.
No es sorpresa que los alemanes cuentan con el mejor motor de la parrilla y así lo demuestran, pero la necesidad de competitividad de McLaren los hace volver con un viejo conocido.
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Vale destacar que ambos tuvieron su vínculo y época de gloria allá por 1995 y se mantuvieron juntos por 19 años, hasta 2014. Si bien en 2021 habrá un cambio en las normativas que tiene a todos en vilo, Zak Brown explicó el por qué el cambio:
«Cuando miras a Mercedes-Benz, han sido el punto de referencia por años. Saben adónde apuntan, y parecen imparables. Quiero agradecerle a Renault, pero creo que este es el paso que puede devolvernos a lo más alto».
Más tarde, Zak Brown también señaló que la decisión mayormente fue tomada por Andreas Seidl, y que confía que esta es la decisión correcta:
«Estoy muy, muy seguro de que Mercedes es un buen suministrador. Puedes ver que está claro que lo que hay en el coches de Mercedes es lo mismo que en los de Williams y Racing Point.
Creo que si hacemos un muy buen trabajo con nuestro equipo y los pilotos, entonces sí, creo que podemos pelear con Mercedes. Ese es nuestro objetivo».
Por lo pronto estamos a poco menos de 3 meses de los primeros giros de práctica. Ahí podremos ver al motor Mercedes dentro de un McLaren y ver si en definitiva los años de gloria volvieron para los británicos.
Con Daniel Ricciardo y Lando Norris a la cabeza, Zak Brown y el equipo está respondiendo y trabajando para volver a levantar a una de las escuderías más prestigiosas del deporte motor y para efectivizar que McLaren, en definitiva, ya no es un gigante dormido.