La de 2021 ha sido una temporada exitosa para Ferrari. El paso natural de vuelta a meterse en la lucha con Red Bull y Mercedes por los campeonatos se ha dado. Quizá faltó la guinda de alguna victoria pero, por lo demás, objetivos cumplidos.
Terceros en el mundial de constructores y cinco podios para los de Maranello. Las bases para esta vuelta a la lucha tras el fiasco de 2020, se afianzaron con la dupla de pilotos Sainz-Leclerc. Una pareja de pilotos, sólida, joven, de grandísima calidad en el presente y de cara al futuro y, ya con gran experiencia en Fórmula 1.
Por si fuera poco, la Scuderia ha obtenido estos buenos resultados en 2021 pese a haber dedicado gran parte de sus esfuerzos y recursos en preparar el monoplaza de 2022. Con el cambio normativo, preparar un buen coche para 2022 es algo fundamental.
Hay optimismo con el trabajo hecho en el monoplaza del próximo año. Sin intentar lanzar las campanas al vuelo, desde Maranello y en los medios italianos se sabe que, la cosa pinta bien. El paquete en su conjunto, unidad de potencia, aerodinámica y chasis parecen suficientemente buenos como para entrar de nuevo en la lucha por victorias y, quien sabe si el campeonato. Desde luego que esto no podremos siquiera vislumbrarlo hasta que el nuevo arma de Ferrari esté en pista. Y más, con un cambio normativo tan grande.
Pero de fructificar, como bien parece, el tiempo, recursos y trabajo invertidos en 2022, cabe preguntarse algo. ¿Dejarán competir a Charles Leclerc y Carlos Sainz en total igualdad?
En 2021 así ha sido y no ha habido problemas. Han competido pero, cuando se ha tenido que dar alguna orden de equipo se ha dado. Claro que, no influía tanto en el resultado individual. La mayoría de veces ambos no se estaban jugando un podio y, de hecho, se ha dado en circunstancias en las que uno al otro se precedían en posiciones con buenos puntos asegurados.
¿Pero que pasaría si se estuvieran jugando un podio o victoria? ¿O si uno de los dos está con opciones de luchar el mundial?
@ScuderiaFerrari
La apuesta de cantera, por así decirlo, en Maranello. Su joya pulida de cara a lograr de nuevo el mundial es Charles Leclerc. Pero saben de la calidad de Carlos Sainz, de todo lo que ya ha logrado, su regularidad y también, su aportación al equipo por su experiencia en otros equipos. Podría por tanto también ser un potencial campeón.
Pero en Ferrari abogan por la lógica, no quieren toxicidad en una pareja de pilotos que les puede dar tanto. Desde Maranello dejan claro que el monegasco y el español partirán en igualdad, y que después, lógicamente, serán los resultados los que marquen la jerarquía.
Así lo explicaba Mattia Binotto, jefe de equipo de Ferrari:
“Lo hemos dicho muchas veces, la pista marcará la pauta. La prioridad es el resultado de equipo pero, si pueden competir por un puesto importante en el campeonato, los hechos dirán quien está al frente. Creo que a veces no es sólo el talento o habilidades del piloto, porque uno puede ser más o menos desafortunado que el otro. Tener abandonos que no son achacables a él. Es por esto que no veo necesario un primer piloto y segundo piloto”.
Binotto lo ha dejado claro, lo primero el equipo. Y la pista pondrá cada uno en su lugar.