Hubo una época en donde los grandes conglomerados automotrices apenas estaban en formación. En esa época, existían dos marcas italianas que siempre habían sido rivales, Ferrari y Alfa Romeo. Apenas en el año 75, Ferrari había conseguido el campeonato de pilotos, solo un grave accidente en Alemania había evitado el doblete en el 76.
Los motores boxster del cavallino eran la envidia de todos y la Ferrari T2, el afiche en las recámaras de los niños de entonces. Decididos a vencer sus paisanos, Alfa hizo un esfuerzo financiero titánico y formó su propio equipo para desarrollar su propio motor de 12 cilindros.
Autodelta, el grupo de competencias de Alfa, fue construido en base a la figura del antiguo diseñador de motores de Ferrari. Carlo Chiti, quien desarrolló una complicado y tecnológicamente avanzado motor que fue montado en el Brabham BT45
B Cahier
El equipo Brabham había a finales del ‘77 logrado el fichaje de la época en la figura del doble campeón del mundo Niki Lauda. El austriaco harto de la política en Ferrari deseaba una nueva motivación para mantenerse al volante de un Fórmula 1.
Un tal Bernie Ecclestone era el dueño del equipo Brabham con motores Alfa Romeo, un vibrante, y sobretodo Rojo, gritaba a todos los aires que era más italiano que Ferrari. Sin embargo, para el 1978 todavía no había alcanzado nada. 1978 marcó la consolidación de los autos de efecto suelo que se encarnó en la dominación del Lotus 79 y que hizo que Mario Andretti fuese el dominador durante la campaña.
La arquitectura del motor era una de las razones por las que Brabham se vio en dificultades al inicio de la temporada. Los Caballos de Fuerza y los Newtons extra que generaba el boxster 12 sobre los motores V8 de la competencia, no eran suficientes para paliar la ventaja de los autos ingleses. Esto fue hasta que su diseñador en jefe Gordon Murray concibió la cual sería la siguiente mutación del efecto suelo, su idea: Los autos Aspiradora.
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Para la octava carrera de la temporada, Brabham pudo presentar su desarrollo secreto. Murray diseñó un complejo sistema de ejes y embragues que movían un enorme ventilador montado en la cola del auto desde el motor.
Lógicamente entre más rápido corría el motor, mayores eran las revoluciones del ventilador y mayor el efecto de aspiración de aire. Tal y como el Lotus, el contorno del piso del auto contaba con cortinillas deslizables que sellaban el fondo del auto.
Crucialmente, para permitir su aplicación dentro del reglamento, la alimentación de los radiadores se producía exclusivamente desde el suelo por lo que el equipo argumentaba que el ventilador era un elemento de refrigeración y no aerodinámico.
Llegada la octava competencia del año el BT46B estuvo por fin listo, y fue inscrito para el GP de Suecia. Todas las pruebas en pista previas habían sido realizadas bajo la más absoluta secrecía.
Los dos pilotos del equipo John Watson y Niki Lauda recibieron los autos modificados para ese evento, incluso cuando estaban detenidos, cada aceleración del auto producía que el auto se aplastara hacia el suelo.
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De inmediato surgieron las protestas de los equipos, y Ecclestone decidió correr la calificación con tanques llenos a fin de disfrazar su desempeño. Por supuesto, ambos autos calificaron en posiciones 2 y 3, sólo por detrás del líder del campeonato Andretti. Iniciada la carrera, Andretti contuvo cuanto pudo al Brabham escarlata, hasta que Lauda pasó al Lotus por la parte exterior de una de las curvas peraltadas del circuito de Anderstorp.
Después de ello el auto desapareció en la distancia, ganando por más de medio minuto y visiblemente con un ritmo mucho menor al que podía conseguir. Por su parte, Watson hubo de retirarse debido a una salida de pista provocada por el aceite del motor de un competidor.
Para ese instante, la presión política sobre Ecclestone, quien fungía como líder de la FOCA (La Asociación de Constructores de la Fórmula 1) tuvo que negociar con los demás dueños de equipo, y cedió, prometiendo solo competir con ese auto por tres carreras.
La FISA (Antecesora de la FIA) decidió adelantarse y declaró que el auto sería inelegible para su inscripción en el futuro. Con ello terminó su historia en la pista.
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Fue Andretti quien bautizó al auto, al declarar después de la carrera:
“Esa cosa es una maldita aspiradora”.
El Gran Premio de Suecia de 1978 será hasta la fecha el único evento ganado por un auto que dotado de un enorme ventilador conectado a su caja de cambios. El BT46B hubiese podido correr en la lluvia, nieve o aceite al mismo ritmo que en seco, no cabe duda.
Inmediatamente el reglamento técnico prohibió la idea, aunque el equipo conservó el triunfo y los puntos. Este “Auto Aspiradora” se convertiría en la eterna ilustración de que el ingenio y la imaginación en la máxima categoría no tiene límites.