Al momento en que la bandera a cuadros cayó en Melbourne, Australia, apenas el 10 de abril pasado. La distancia entre Charles Leclerc y los pilotos de Red Bull era de 41 puntos sobre Sergio Pérez y 46 sobre Max Verstappen.
El día de hoy Leclerc amanece 34 puntos por detrás de Verstappen y 13 por debajo de Pérez. Un observador casual de la F1 podría decir que no hay nada escrito; y que con la misma facilidad que el equipo austriaco ha remontado con sus dos pilotos una ventaja de casi dos carreras del piloto monegasco; así también, Ferrari podría regresar.
La realidad es que faltan por disputarse 14 GP en el año y que efectivamente existe la posibilidad que dentro de las próximas 4 carreras una combinación de resultados y mala fortuna para los líderes podría tener a Ferrari en ambos campeonatos.
¿Qué tan viable sería ello, sin embargo? La evidencia sugiere que el F1-75 es el auto más rápido en la curvas de baja y media velocidad, tiene la mejor aceleración y capacidad de frenado. El RB18 tiene la ventaja en la velocidad punta y en las curvas rápidas; es además el monoplaza con la mejor calidad de marcha en la parrilla, lo cual en la distancia de un Gran Premio sí hace una diferencia significativa en la fatiga del piloto.
Las características de la última creación de Adrian Newey, por tanto, han permitido al equipo de Milton Keynes vencer 5 ocasiones consecutivas a los autos rojos, aún cuando estos eran los más rápidos.
Ahora además se suma el fantasma de la fragilidad mecánica que ha dejado parados en el camino a Leclerc en dos ocasiones y a Carlos Sainz en otra ocasión. No han sido pocos los que se han apresurado a decir que las aspiraciones de Maranello han quedado destruidas y nos espera una larga temporada de dominio de los autos de Christian Horner y su gente.
@ScuderiaFerrari
Rehusándose a perder la contienda, sin embargo, el piloto de Montecarlo aprieta los dientes y enfrentando a los medios declaró su absoluta confianza en su escuadra:
“Cualquier abandono es duro de aceptar. Obviamente han sido dos veces solamente, pero para ser honesto, Mónaco se sintió como un DNF. Es el tercer descalabro en fila y no es fácil.
Viéndolo en perspectiva, creo que en la próxima carrera estaré tan fuerte mentalmente como hace 5, cuando estaba de líder en la tabla. La motivación sigue ahí”.
A pesar de ello reconoce que su equipo debe resolver los problemas mecánicos. Sin embargo mantiene la fe en su gente:
“Necesitamos atacar esos problemas, obviamente la confiabilidad es algo que debemos investigar. Como equipo, es algo que quizá debamos mejorar.
Creo que todavía podemos ganar el campeonato, pero debemos poner atención a esos detalles. Hemos dejado ir demasiados puntos en las últimas 3 carreras”.
Por su parte el máximo responsable en Ferrari, Mattia Binotto, todavía ve mucho por pelear en la temporada; no deja poner la presión encima cuestionado sobre si el próximo GP de Canadá sería un evento para ganar o morir:
“No creo que deba ser nuestra obligación ganar ahí para seguir en la lucha. Debemos concentrarnos en cada carrera y optimizar nuestra atención”.
@ScuderiaFerrari
Confrontado por los medios, Binotto restó importancia a la situación actual del campeonato y rehusó el comentar sobre la cada vez más grande desventaja en puntos en ambos campeonatos:
“No es algo al que le pongamos atención, francamente. Estamos concentrados en nuestros resultados, en tratar de sacar lo máximo de cada carrera, siempre buscando mejorar nuestro trabajo. Sabemos que hay una diferencia en nuestra contra.
Pero lo único que me importa ahora es ¿Qué nos falta mejorar?”
Recalcó que todos los equipos están propensos a cometer errores y sufrir contratiempos:
“Estoy muy seguro que los demás también han tenido problemas y que no siempre han tomado las mejores decisiones. No nos afecta, debemos concentrarnos en nosotros mismos”.
Por muy sensato que esto pueda sonar, la historia pesa mucho en contra de Maranello y su directiva. El tener el mejor auto no garantiza ganar el campeonato, lo atestiguamos con Williams en el ‘95, Ferrari en el ‘99 y crucialmente con McLaren en el 2007.
Los pequeños detalles que hacen a un equipo campeón se notan en la solidez de su equipo directivo, en la agilidad de sus decisiones y en la explícita certeza de que los ingenieros pueden enfocarse a resolver los problemas y no a repartir culpas.
La pasión en Ferrari es muchas veces su más pesada cruz.