La Fórmula 1 llegó al fin de semana del GP de Hungría con muchas expectativas. Luego de que se probara el sistema ATA en Clasificación, y con los nuevos neumáticos de Pirelli, los pilotos y equipos quedaban con más dudas de cara a la carrera.
Tras la sorpresa que nos regaló el sábado en el orden la salida, con el nuevo récord de Lewis Hamilton como el hombre con más Pole Positions en una pista, la emoción se notaba en el aire. Tradicionalmente, el Hungaroring nos entrega carreras complicadas.
Los semáforos se apagaron, Max Verstappen cerraba la puerta al bloqueo de Hamilton para ganarle la posición, cubriendo el interior y quedando por delante. A punto estuvieron de tocarse y de repetir tantas escenas de aquel 2021.
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La sorpresa de Hamilton no pudo ser peor cuando Lando Norris y Oscar Piastri se colaban por el interior del 7 veces campeón del mundo. El de Mercedes no pudo reaccionar, perdiendo tres posiciones en un abrir y cerrar de ojos.
Carlos Sainz, aprovechando el descuido de Guanyu Zhou al quedarse parado, consiguió cinco posiciones de tajo. Sergio Pérez, a su vez, evitaba los problemas que se venían a continuación. El piloto chino, con el afán de recuperar, bloqueó en la frenada y se llevó puesto a Daniel Ricciardo en su regreso.
El australiano no pudo evitar tocar a Esteban Ocon, que perdió el control y se impactó contra su compañero de equipo, Pierre Gasly, quien venía en una muy buena remontada. Los dos Alpine tuvieron que abandonar, mientras que la carrera de Ricciardo se fue a la borda.
Sanción para Zhou de 5 segundos y una carrera para el olvido cuando podría haber sido una para rememorar. Valtteri Bottas, su compañero, tampoco las tuvo todas con él, puesto que perdió posiciones en la salida tratando de evitar el desastre, y nunca pudo recuperarlas después.
Piastri estuvo cerca de Verstappen unas cuantas vueltas, pero nunca a razón de DRS, por lo que no pudo mantener el ritmo del neerlandés. La carrera en solitario de Max comenzó en la vuelta 5.
La degradación en este circuito siempre ha sido un tema a considerar. Este domingo, no fue la excepción. Con paradas anticipadas a los pronósticos de Pirelli, y un rendimiento que decaía repentinamente, hicieron estragos en las estrategias de algunos equipos. Todo se trató de precaución, y de esperar un Safety Car que nunca llegó.
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Lo que mantuvo la expectativa en los inicios fue la remontada que organizó, de nuevo, Sergio Pérez. Primero cazó a Fernando Alonso que se defendió como se esperaba, pero se quedó sin batería en el segundo intento.
Luego, Sainz era su siguiente objetivo, pero parece que lo sigue intimidando, porque justo antes del adelantamiento, el español entró a boxes. Con el otro Ferrari sucedió lo mismo. Luego las paradas de Hamilton, Piastri y Norris para evitar undercuts de cada uno, respectivamente, lo catapultaron a la segunda posición.
Llamó mucho la atención lo que hizo McLaren al llamar primero a Norris, porque le devolvió a pista delante de su compañero. Undercut de libro, que dejó a Oscar bastante frustrado, preguntando por radio a su ingeniero lo que debía hacer a partir de ahí.
La carrera en la media tabla se estabilizó más de lo que se pensaba. Sabemos que es un circuito complicado para adelantar, pero nadie esperaba que fuera tan difícil hacerlo con los nuevos compuestos.
Lo que mantuvo las acciones fue la remontada del mexicano, pasando a Sainz y a Russell en la segunda parte de la carrera con maniobras muy buenas. Adelante, nada, porque Max se alejó más de 30 segundos, y fiel a su estilo, se llevó también el punto de la vuelta rápida.
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Otra vez, Ferrari consiguió decepcionar a todos los tifosi, con una sanción a Charles Leclerc por exceso de velocidad en pit lane. Pero también porque la estrategia le arruinó las opciones a Sainz. Los fantasmas de la degradación regresaron a Maranello, por lo que deberán preocuparse de nuevo.
Aston Martin sigue en caída libre, con Alonso recuperando lo que puede, pero sin la magia en el AMR23 que vimos al inicio de la temporada. Lance Stroll consiguió el último punto, pero el sabor sigue siendo amargo.
En cuanto a Mercedes, luz y sombra, para ambos pilotos, aunque Russell consiguió rescatar muy buenos puntos que no se esperaban.
Norris se subió al podio de nuevo, seguido de Pérez que alcanzó el último escalón, con un manejo que le devuelve la confianza en sí mismo, y al equipo.
Así, Verstappen hace historia al romper el récord de McLaren de 1988 de 11 victorias consecutivas, dando a Red Bull uno más a su palmarés.
El próximo fin de semana será el GP de Bélgica en el majestuoso Spa-Francorchamps, con el que da inicio el parón de verano. Hasta entonces.
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