“La vida no es solo dar vueltas en un circuito. Soy un hombre, no un hámster”, ha dicho. También ha reconocido que le gustaría recuperar su buena relación con Hamilton
Nico Rosberg cumplió su sueño de ser Campeón del Mundo de Fórmula 1 la pasada temporada. Tras esto anunció su retirada de la competición del mundo del motor, algo que sorprendió a la gran mayoría de los aficionados a este deporte.
Y es que llegar a alzarse con el título mundial no fue nada fácil para Nico, como él mismo ha reconocido en una entrevista para el diario La Reppublica. El alemán ha tenido que sacrificar ciertos aspectos de la vida para lograr lo que ya hizo su padre en 1982.
“Para ganar un mundial de Fórmula 1 tienes que hacer un sacrificio increíble en cuanto a temas físicos, personales y de relaciones. Este deporte es bellísimo y he disfrutado de él. Ahora he llegado al punto que quería y solo puedo dar las gracias a todos, y ya está. Era un broche de oro para cerrar mi libro de la Fórmula 1. La vida no es solo dar vueltas desde por la mañana hasta por la noche durante todo el año en un coche. Soy un hombre, no un hámster”, ha dicho Rosberg.
El ya expiloto de Mercedes tuvo que controlar factores como su peso, llegando a dejar de hacer ciclismo para perder masa muscular en las piernas, lo cual le permitió lograr la pole en Suzuka.
“Dejé de montar en bicicleta en verano para perder un kilo. En la siguiente carrera logré la pole por tan solo una centésima. Un kilo te perjudica en tres centésimas, así que conseguí esa pole gracias a esa pérdida de peso, y gané. Me fijaba en esos detalles”.
Nico también ha reconocido que tuvo que cambiar su estilo de conducción para batir a Lewis Hamilton, volviéndose más agresivo.
“Lewis es muy bueno yendo al límite y sin salirse de la pista. Es muy listo y es difícil luchar con él cuerpo a cuerpo. Es algo que le sale de forma natural. Yo soy más racional en ese aspecto, tengo que pensar cuando estoy defendiendo la posición. Me volví más agresivo en pista porque Lewis me pasó por encima, así que tuve que revisar los vídeos y mejorar”.
Sobre el piloto británico, Rosberg también ha reconocido que le gustaría recuperar la estrecha amistad que mantuvo con él cuando ambos competían en karting, y que se vio deteriorada durante la etapa en la que coincidieron en la marca de la estrella.
“Lewis y yo éramos los mejores amigos, era como una película. Una vez estábamos de vacaciones en Grecia, y después de la cena, mientras mirábamos al mar, me dijo: ‘¿No sería bonito que un día tu y yo nos encontrásemos en McLaren peleando por el mundial?’. Ese era mi sueño, pensé que sería lo más bonito del mundo. Luego sucedió de verdad, y diré que quizás sí lo fue, aunque nuestra amistad se haya resentido. Cuando los sueños se cumplen nunca son como los imaginabas”.
“Ahora espero retomar la relación con él, me gustaría que estuviésemos bien juntos. La gente dice que es un chico extraño, pero yo pienso que es único. Le conozco a la perfección, sé cómo funciona su cabeza. Lo sé todo sobre él”.
En cuanto a su familia más cercana, el alemán ya está manteniendo una relación más próxima con su hija, nacida en 2015, mientras que el año pasado era su mujer la que se ocupaba de todo mientras él se centraba en el título.
“Vivian lo hacía todo. Cuando nuestra hija necesitaba algo, era Vivian la que estaba ahí. No he pasado esos momentos complicados con mi hija. Yo trabajaba para vencer el jet-lag. Me movía entre husos horarios con hora y media de diferencia cada día. Esto significa que por el día podía dormir y por la noche no podía cerrar los ojos”.
“Alaia aprendió desde el principio que no podía molestarme, cada vez que entraba en el dormitorio lo hacía con un dedo en la boca y haciendo ‘shhh’. Ahora también estoy en los momentos complicados con mi hija. Eso está creando entre nosotros un vínculo especial, me devuelve el amor que yo deposito en ella. Sabe que sufro junto a ella, es impresionante”.