Carlos Sainz se ha quedado a las puertas de puntuar en la carrera del GP de Brasil. El español partía octavo y tras una buena salida se ha visto fuera de la pista en la curva 2, con lo que al final solo ha podido ser 11º con el fondo de su monoplaza dañado, por detrás de su compañero de equipo, Nico Hülkenberg.
Para el piloto de Renault la carrera ha sido “como una procesión”, aunque se ha mostrado satisfecho ante los micrófonos de Movistar+ F1 debido a que ha podido completarla sin problemas en el coche, acumulando experiencia en el que ha sido su tercer GP con el equipo francés.
“La carrera ha sido bastante aburrida desde la salida. Prácticamente ha sido como una procesión detrás de Nico [Hülkenberg]. Hemos dado 71 vueltas sin problemas y he acumulado experiencia, así que estoy contento por eso. He salido bien pero en la curva 2 me han echado. Sabíamos que iba a ser una procesión después de la salida”, ha dicho Sainz.
Tras una buena salida y el incidente posterior, la similitud de su ritmo con el de su compañero de equipo le ha impedido cerrar la brecha que les separaba.
“He salido bien, adelantando a Nico y casi a Fernando, pero después me he quedado en el exterior de la curva 2 y me han echado. Es lo que hay. Después, los dos coches teníamos un ritmo muy parecido y hemos estado separados por unos cuatro segundos durante casi toda la carrera. Estábamos décimo y undécimo y no ha pasado nada, así que es lo que hay”.
Por último, Sainz ha explicado que afrontará la última carrera del año con ganas de seguir aprendiendo sobre el monoplaza, con el que en este GP se ha empezado a sentir cómodo.
“Ahora tengo que seguir aprendiendo. Me voy a Abu Dabi y me llego muchas cosas positivas de esta carrera. Esta ha sido la primera carrera en la que me he empezado a sentir bien con el coche y he empezado a entenderlo. Ahora toca ir a Abu Dabi y a intentar probar algunas cosas para terminar el año aprendiendo cosas que nos sirvan para el año que viene”, ha finalizado.