Si bien ha terminado una temporada más, la actividad fuera de la pista continua, y ahora Carlos Sainz, quien hoy fue a despedirse de la gente de Renault, nos platica un poco de los problemas que enfrentó en el auto al momento de buscar sacar todo el potencial del auto a una vuelta los sábados durante la calificación.
Y es que sin duda era claro ver la diferencia de rendimiento de los autos negro y amarillo entre sábado y domingo, bien parecía que el diseño del auto estaba pensado para obtener el mayor rendimiento en carrera, sacrificando las prestaciones de auto en las calificaciones, algo que en ocasiones les costó arrancar fuera de los 10 primeros, comprometiendo su accionar en la carrera.
Sainz ha señalado que no ha sido fácil establecer cuáles fueron las causas que originaban problemas en las calificaciones, en donde incluso llevaban el auto al límite de estabilidad sin que lograran arreglar las cosas:
“Nunca pude encontrar los límites del auto, y ahí es donde sufrí un poco. Aplicaba un poco más de presión en los frenos, y ganaba en inestabilidad. Es algo que trate durante toda la temporada, encontrar algo de estabilidad cuando estás tratando de ir al límite, y en donde el auto no lo permitía”.
“Así que sí, estoy un poco confundido por eso. Todo el año estuvimos jugando al gato y al ratón con el balance del auto. De verdad me trajo confundido todo el año. Jugaba mucho con las puesta a punto para tratar de corregirlo, pero en ocasiones tenía que comprometer mucho el desempeño del auto, para encontrar la estabilidad adecuada”.
“En general, nunca pude arreglármelas para sacar el 100% del rendimiento, nunca me sentí confortable en la calificación como para poder extraer esas dos décimas al auto. Es cierto que en algunas sesiones de calificación logre arreglármelas para obtener un buen resultado, y parecía ser consistente pasando a la Q3, siempre muy cerca del límite, pero nunca pude encontrar esa décima de segundo extra, algo que hacía en Toro Rosso y logré en otros autos”.
“En la temporada tuvimos altas y bajas, especialmente en calificación. Creo que durante las carreras siempre fuimos fuertes, siempre logre pelear por los puntos. Así que estoy con dos posturas de la temporada. Por un lado lo confortable que me sentía en el auto, y no muy contento por no haber podido sacar algo extra de él. Los fines de semana en que pude haber ganadomuchos puntos como en Paul Ricard o en México, tuvimos un problema de confiabilidad del auto, lo que no nos permitió quedar más arriba en el campeonato, y ganar más puntos para el equipo. Tengo ambos sentimientos. Creo que desde el punto de vista personal, creo fue un buen año, pero me siento decepcionado de no poder encontrar ese extra, que pude encontrar en el Toro Rosso o en otras series, para ser un excelente piloto al calificar”.
Así que esperemos que todo ese aprendizaje le ayude la siguiente temporada a poner a punto un auto que este 2018 no encontró la suya, y pese a un inicio que parecía prometedor el McLaren se terminó desmoronando mientras avanzaba la temporada, dura prueba le viene al piloto español.