Los motores callaron, los garajes cerraron sus puertas y la arena del desierto nuevamente empieza a cubrir el circuito de Sakhir.
Pero un coro de voces discute, opinan y analizan cada fragmento de información que se produjo durante los tres días de las pruebas de invierno.
La conclusión casi unánime es que Red Bull y la última creación del genio de Adrian Newey están por encima de la competencia. Los adjetivos se han quedado cortos para describir la forma del auto azul y rojo.
Sin embargo, las voces de halago y alabanza que recayeron sobre el RB19 se volcaron casi inmediatamente después sobre el AMR23 de Aston Martin. Y con más sorpresa cuando las hojas de cálculo empezaron a mostrar los promedios de giros en las tandas largas del auto verde.
Al parecer, el monoplaza de Silverstone es capaz de superar al Mercedes en las simulaciones de carrera. No sólo eso, Fernando Alonso dejó su promedio de tiempos muy cercano, peligrosamente competitivo, con los autos de Maranello.
La prensa ibérica ha soltado las campanas al vuelo y sueña con el triunfo 33. Incluso los más mesurados colocan al asturiano peleando por el podio desde la primera carrera, seguros de que Alonso podrá compensar un par de décimas de desventaja ante cualquier competencia.
Pero quizá, la más importante perspectiva es la que arrojan sus competidores. Prácticamente todos los equipos han dicho algo o han directamente señalado a Aston Martin como el auto a seguir el próximo fin de semana.
Christian Horner de Red Bull, fue muy generoso al respecto:
«Creo que han dado un gran paso adelante este año. Se ve que su concepto ha progresado, y no se ven muy lejos. Fernando Alonso en particular se ve muy competitivo».
Toto Wolff aventuró incluso que el monoplaza del British Racing Green superaría a sus autos:
«De acuerdo a nuestros números, Aston Martin podría acabar en segundo lugar».
Y así, de propios y extraños llegan elogios al ritmo mostrado por los de Silverstone. Pero ayer mismo, ante la prensa de su país, el propio Alonso se salió un poco del guion, y se fue directo retando a los pilotos de la Scuderia:
«El último día, por ejemplo, hicimos una simulación de carrera a 57 vueltas. Pusimos gasolina para esas 57 vueltas e hicimos la carrera incluso con paradas a pits. Cambiando los neumáticos y demás.
Al mismo tiempo, Ferrari estaba haciendo lo mismo, a 57 vueltas, con la misma gasolina y las mismas paradas y fuimos más rápidos que ellos».
Dicen los presentes que esta frase arrancó el aplauso de todos los ahí reunidos. La emoción de ver al doble campeón mundial en un auto competitivo, después de tantos años de sufrimiento, es indescriptible.
Solo hay que recordar que el de Oviedo peleó un campeonato con un auto medio segundo más lento que un Red Bull en el 2012.
¿Quién dice que no hay milagros en la Fórmula 1? Alonso lo afirma, pero de vez en vez ocurren.
Estos 4 días antes del inicio del GP de Bahréin serán los más largos del año para todos los fanáticos de la F1.