Es difícil creer que en pleno siglo XXI, y después de 65 años desde que se creó la fórmula 1, tan sólo 6 mujeres hayan tenido la oportunidad de conducir uno de estos monoplazas en alguna sesión oficial
De igual modo, muy pocas son las mujeres que llegan a categorías inferiores, o que consiguen alguna victoria en deportes de motor. ¿A qué se debe esta escasez de mujeres? ¿Por qué no se busca solución? Y lo que es más importante, ¿Cómo se podría solucionar ese problema?
Es innegable que la fórmula 1 comenzó siendo un mundo de hombres, en el que se respiraba el olor a gasolina mezclado con testosterona en cada una de sus competiciones. Las mujeres paseaban a su alrededor, haciendo gala de cuerpos despampanantes con ropa ajustada, y sin más opción que mirar los coches y pilotos de lejos. Y aunque esta situación haya cambiado, con las mencionadas 6 pilotos o algunas ingenieras, este sigue siendo un deporte pensado por y para hombres.
Desde que somos pequeñas, se nos hace ver que los cochecitos, al igual que los balones, son para los hombres, mientras para las mujeres son las cocinitas y las muñecas. Cómo olvidar las polémicas declaraciones de Sergio Pérez afirmando que el lugar de las mujeres es la cocina…
Y es que aunque todas las críticas se vertiesen sobre ese comentario, muchos son los pilotos, los espectadores, o las personas relacionadas con este deporte que siguen pensando así. El propio Bernie Ecclestone considera que las mujeres para la fórmula 1 no son más que un “escaparate”, las encargadas de “atraer atención mediática y muchos patrocinadores”.
Es difícil esperar que, en un ambiente en el que reinan este tipo de pensamientos, una mujer tenga alguna posibilidad de triunfar conduciendo un monoplaza.
La solución propuesta pasa por crear una fórmula 1 femenina, en la que las mujeres compitiesen de forma independiente, como en otros deportes. ¿Pero hasta qué punto esto es una ayuda o uno de otros tantos machismos?
Si bien es cierto que mujeres y hombres no tienen las mismas condiciones físicas, también es verdad que la fórmula 1 no es un deporte en el que esas condiciones sean tan determinantes. En los 100 metros lisos, o en halterofilia es obvio que hombres y mujeres no están en igualdad de condiciones. Sin embargo, a la hora de conducir un monoplaza, intervienen la precisión, la rapidez, la agresividad o la mente fría, con una menor influencia de las condiciones físicas, que se pueden entrenar para evitar eliminar esa desigualdad.
¿Por qué entonces no se ven mujeres en la fórmula 1?
La respuesta es sencilla. Si ya de por sí es difícil llegar a la categoría reina para los hombres, una mujer encuentra muchas más dificultades desde la base: carecen de apoyo de familiares y amigos, económicos, los patrocinadores recelan de sus capacidades por el simple hecho de ser mujer…
Desde que somos niñas, nos enseñan que ese es un mundo muy bonito, pero que nosotras sólo tendremos la oportunidad de ver desde fuera, o desde dentro si estamos dispuestas a ser objetos que pasear por el paddock para atraer miradas.
La actual piloto de reserva Susie Wolff puso de manifiesto este mismo problema: “En primer lugar, los modelos femeninos están desaparecidos. Cuando las niñas de hoy miran la Fórmula 1 no ven ninguna mujer que participe allí. A muchas niñas les gustan los deportes de motor pero se decepcionan al ver que casi no hay competencias para ellas y que el ambiente del automovilismo no es propicio para sus desempeños.”
Si por cada 20 hombres que intentan llegar a la fórmula 1, sólo lo intenta 1 mujer, simplemente por probabilidad llegaran muchos más hombres a conseguir ese sueño. Si a esto lo unimos la escasez de ayudas mencionadas anteriormente, con los constantes machismos por parte de compañeros, la probabilidad casi desaparece.
Teniendo esto en cuenta, ¿realmente no hay mujeres en la fórmula 1 por sus capacidades o por las trabas que se presentan en su camino?
Buen es el ejemplo de la piloto Simona de Silvestro, quien a pesar de ser mujer ha conseguido quedar por delante de numerosos hombres en competiciones de motor. Ella misma piensa que “podemos ser igual de rápidas que los chicos”.
¿Por qué entonces crear una fórmula 1 femenina? ¿Es esto necesario?
No creo que habiendo mujeres que han conseguido correr con estos monoplazas y quedar por delante de muchos hombres en otras categorías, sea realmente necesario apartarlas del todo, sin ni siquiera dar una oportunidad a demostrar su potencial.
Quizá la solución podría pasar por crear categorías inferiores especiales para las mujeres, en las que se avivase su gusto por el deporte del motor, sus capacidades al volante, intentando borrar los clichés que se vienen arrastrando desde hace muchos años. Fomentar que desde pequeñas, padres y madres lleven a sus hijas a los karts, igual que lo harían con sus hijos, o evitar que las críticas vertidas sobre ellas tengan como fundamento su sexo.
Porque una mujer, sí puede llegar a ganar una carrera de fórmula 1, si desde pequeñas tienen las mismas posibilidades.