Un Gran Premio que no siempre fue en este circuito y un circuito cuyo trazado que no siempre fue así nos recibe de nuevo este fin de semana.
Vamos a repasar un poquito de historia.
Corría el año 1964 y se decidió que Austria albergaría una prueba del Campeonato del Mundo de F1, y esta carrera sería en el aeródromo de Zeltweg que acondicionarían para poder disputar la carrera.
Se optó por un trazado muy sencillo, 3200 metros y sólo 4 curvas, pero lejos de lo que indicaba el trazado la carrera sería muy exigente con los coches. Participaron 20 coches, pero no acabaron ni la mitad, solo 9 coches consiguieron llegar la meta tras 105 vueltas y poco más de dos horas de carrera. Sólo los dos primeros clasificados lograron alcanzar esas 105 vueltas, doblaron hasta el tercer clasificado, y el mítico Jack Brabham acabó noveno, último clasificado a 29 vueltas del vencedor, el italiano Lorenzo Bendini a mandos de un Ferrari del año anterior. Gracias a tener unas suspensiones más duras que el nuevo modelo pudo alzarse con la victoria en el exigente trazado austríaco.
Tras la carrera de ese año se decidió no correr más en ese trazado debido a su abrasivo asfalto y no sería hasta 1970. Austria volvió a albergar un Gran Premio de F1 esta vez en la nueva pista, el Österreichring, que traducido sería «Circuito de Austria». El trazado construido en 1969 constaba de 5911 metros, desde el primer momento se supo que sería muy rápido y por consecuente muy exigente con pilotos y mecánica.
Se disputaron varios Grandes Premios de F1. En el año 1976 se remodeló, tras el accidente mortal del piloto estadounidense Mark Donohue, introduciendo una chicane al final de la recta de meta, dejando el circuito en 5942 metros para disminuir un poco la velocidad. El problema era que la velocidad iba cada año en aumento y que acabaría por costarle el dejar de albergar Grandes Premios de Formula 1 debido a su alta peligrosidad, como quedó patente en los años 1985 y 1987, último año en el que se disputó un Gran Premio de Fórmula 1.
Tras unos años de dudas y sin albergar grandes pruebas, preocupados por la seguridad del trazado se decide hacer una seria reforma del mismo, acortando su trazado y haciéndolo más seguro. Tuvo lugar en el año 1995 bajo el mando del alemán Hermann Tilke, dando como resultado el trazado resaltado en negro que vemos en la imagen superior, con una longitud total de 4326 metros. Además no solo traería un cambio de trazado, se cambió también el nombre del circuito a A1-Ring debido al patrocinio de la compañía telefónica A1. Con esta nueva configuración se volvía al gran circo, albergando los GP de Austria desde el año 1997 hasta el 2003, así como varias pruebas del DTM. Todo parecía indicar que se volvía a tener un circuito estable en el campeonato pero no fue así, en el año 2004 se derribaron los edificios del pitlane, siendo inviable realizar cualquier carrera. Red Bull se había hecho con el circuito y se propuso una ampliación del trazado, pero viendo que no parecía estar cerca el uso de la pista decidieron no gastar dinero en un circuito que no aportaba beneficios. La ampliación parecía bastante interesante como podemos ver en la siguiente fotografía, pero ya sabemos que aquí lo que manda es el dinero y no se llevó a cabo finalmente.
Redbull construyó de nuevo el pitlane y las gradas, por lo que el DTM volvió para 2011, esta vez bautizado como Red Bull Ring. Desde entonces sigue albergando pruebas del DTM, y en 2014 con la Fórmula 1. Es un trazado muy exigente, de mucha velocidad punta y frenadas fuertes, que se avecina un Gran Premio de coger rebufo y apurar. Por lo que tenemos el cóctel completo, el Gran Premio de Austria 2015 ya está en marcha.