Ni una vuelta. Esa fue la distancia que cubrió Carlos Sainz en el pasado GP del Brasil. Un problema de fiabilidad más para la lista de abandonos del madrileño, en esta temporada.
Son demasiados infortunios los que han marcado una temporada agridulce para el joven piloto de Toro Rosso. Algunas malas lenguas hablan ya que de que no solo ha heredado de su padre un buen manejo a la hora de pilotar sino que también la genética le ha transferido la mala suerte de su progenitor. Tampoco exageremos. En este deporte como en otras muchísimas cosas en la vida la mala suerte tiene el don de posarse a tu lado o perderte de vista en menos de lo que imaginas.
¿A qué llaman algunos tener mala suerte? A Carlos Sainz Jr. , con tan solo 21 años, no es que se le pueda catalogar como una persona desafortunada, sino que forma parte de un muy selecto grupo de pilotos, de su misma edad, que pueden presumir de sentarse al volante de un monoplaza en un equipo con un considerable margen de mejora de cara a la próxima temporada y, en la categoría reina del automovilismo.
Tampoco sirva esto para justificar que el español se encuentre por detrás de su compañero de equipo Max Verstappen en la tabla clasificatoria con una diferencia positiva para el belga de 31 puntos, ya que el jovencísimo Max también ha sufrido cuatro abandonos esta temporada por problemas mecánicos, y aquel abandono que sufrió en el mes de Mayo en Mónaco por un error en un adelantamiento que le costó acabar golpeando violentamente con las barreras protectoras de la primera curva del trazado monegasco.
Las conclusiones que han de sacar los responsables del equipo Toro Rosso parecen claras. Han dado a conocer a todo el paddock y a la afición que, a día de hoy, pueden presumir de contar con las dos jóvenes promesas de la parrilla que ya han dado sus primeros frutos con actuaciones muy notables si hacemos la media de cada una de las sesiones ejercidas en lo que va de curso.
Y como no podía ser de otra forma algunos periodistas intentan hacer fuego con dos “piedras” que se muestran tajantes a la hora de hablar y muestran una madurez exquisita en sus declaraciones con la prensa. Estos días atrás en Sao Paulo, el piloto madrileño habló sobre su compañero de garaje: «Si, Max es muy bueno. Todos lo saben y yo no voy a negarlo». Pero también defendió su actuación algo mermada por la falta de fiabilidad: «Creo que el año que viene tendremos una bonita oportunidad para que se nos compare de forma más equitativa. Este año mi coche ha sufrido demasiados problemas mecánicos y es por esto que tampoco veo del todo justo que se nos compare por los puntos obtenidos».