Heliópolis se hace fuerte ante la visita del Real Madrid y consigue sacar un punto de oro en el que se notó una clara mejoría del equipo.
Aún no sabemos si Juan Merino seguirá poco o mucho tiempo en el banquillo. En estos momentos todo es provisional en el Betis. Desde luego, sí salta a la vista que este equipo ya no es el de antes. Ya no se cae solo, ya no sale dormido a los partidos ni permite que cualquiera pase por el Villamarín como Pedro por su casa. Juega con sus limitaciones, visibles y contadas mil veces, pero es que las carencias sólo se pueden corregir con otro tipo de futbolistas, acudiendo ahora al mercado invernal. Merino, a la espera de los pasos de Macià, va a lo suyo y desde luego en dos partidos la mejoría salta a la vista.
Para empezar, un equipo como el Betis no se puede permitir conceder metro y medio al rival. En las zonas en las que puede haber peligro hay que morder. Este debe ser el primer mandamiento para cualquier grupo competitivo. Y el Betis, desde la llegada de Merino, lo cumple. Además, Merino ha tocado la alineación y dos futbolistas se han subido al carro. Kadir, con la traba de sus problemas físicos, aporta ahora mismo más que Joaquín. El franco-argelino ha estado descartado, pero, lo que son las cosas, se ha convertido en un remedio aceptable para aportar algo de rapidez por banda. También Merino le ha dado la titularidad a Fabián, chaval de 19 años al que no le pesa la responsabilidad. Siempre se la da un compañero, juega estupendamente.
Con estas tres cosas, que no son pocas, el Betis no sufrió más de lo lógico ante el Madrid. El gol tempranero de Cejudo ayudó a creer. Fue uno de esos golpeos que se ven que terminan en gol desde que el balón sale de la bota. El Madrid, ni rechistaba. Todo el mundo la pedía al pie. Sus estrellas trotaban por el campo. Así es difícil ganar un partido. Conforme pasaban los minutos se comprobó que la noche no era de sainete, ni mucho menos. Se estaba en el campo con dignidad, apretando y tratando de salir las veces que este gran rival permite. Irse al descanso 1-0 era oro puro, un logro extraordinario.
La segunda parte ya sí se le hizo larga al Betis, normal. Cuenta con una plantilla veterana, lo que dificulta la salida al contragolpe. Además, el Madrid se reactivó más, ya sí recuperó muy rápido e hizo correr al Betis de una banda a otra. El esfuerzo se pagó y en una de las numerosas llegadas al área, James, en posición ilegal, sirvió a Benzema, que se metió hasta dentro de la portería. Quedaba partido y podía ocurrir lo peor. No llegó el golpe cruel porque el Madrid tuvo muy poca claridad en el pase y porque en el Betis nadie se escaqueó. Varios futbolistas terminaron asfixiados, prueba de la dificultad de la noche. Y con todo, Rubén Castro se fabricó un disparo de delantero carísimo en el último minuto que no entró de milagro. El punto se celebró como lo que es, un gran punto. Más allá de lo que diga la clasificación, es un hecho que Merino le ha devuelto el alma al equipo. Compitiendo de esta forma, no habrá problemas. Si Macià fuera ahora capaz de fichar a dos o tres buenos futbolistas…
Ficha técnica:
Real Betis (1): Adán, Molinero, Pezzella, Bruno, Vargas, N’Diaye, Petros, Kadir (Joaquín, minuto 57), Fabian (Dani Ceballos, minuto 53), Cejudo (Portillo, minuto 75) y Rubén Castro.
Real Madrid (1): Keylor Navas, Danilo (Carvajal, minuto 65), Pepe, Varane, Marcelo, Kroos, Modric, Isco, James (Jesé, minuto 79), Cristiano Ronaldo y Benzema.
Goles: 1-0, minuto 6: Álvaro Cejudo. 1-1, minuto 70: Benzema.
Árbitro: Martínez Munuera, valenciano. Amarillas para Vargas, Petros, Danilo, Molinero y Carvajal.