El software cerró el flujo de combustible y paró el motor
Alonso corría en casa. McLaren apuntaba maneras. Entrar en la Q3 era un rayo de sol entre la tormenta, aunque ya rebajaba el asturiano la euforia, «solo es un miniobjetivo, estoy aquí para ser campeón del mundo». La afición esperaba algo mágico, una de esas salidas tan eficientes de Alonso (0,080 segundos de tiempo de reacción en Sochi). Pero la realidad fue (de nuevo) un jarro de agua fría.
Fernando Alonso hizo una mala salida y Button le superó. Su ritmo no parecía esperanzador, pero lo peor fue en la vuelta 47. Alonso transmitía por radio un «no power» que siendo escueto lo decía todo, motor apagado. Desde luego no se vio humo ni fuego (como el Force India, por ejemplo), pero McLaren-Honda nos tiene demasiado acostumbrados a averías.
Se está especulando con un fallo anterior en un sensor que Alonso intentaba resolver con el volante, incluso se habla de que durante ese intento de reparar ese fallo anterior, por error el piloto español pulsara algún botón que apagó el motor de combustión interna. La versión de McLaren es que fue un parámetro de software que interrumpió el suministro de combustible.
La ventaja de esta situación es que, en teoría, el motor debería poder disputar la carrera de Mónaco sin mayor problema, pero durante una exhaustiva inspección se comprobará cada componente de la Unidad de Potencia y se decidirá en función de la situación que se encuentre.
Esta última parada de motor ayudó sin duda a aumentar el malestar de Fernando Alonso con el equipo, afirmando que fue McLaren quien le ordenó permanecer tras Button, y que desea que ambos coches «sean iguales» (en referencia al alerón delantero que sí disfrutaba Button en este Gran Premio). Por su parte Eric Boullier ha negado estas instrucciones, y al respecto de las mejoras, en McLaren se lleva siguiendo el sistema de turnos para recibirlas desde hace tiempo.
Honda sigue con bastantes problemas, tanto que «descartan motorizar a otros equipos». El responsable, Yasuke Hasegawa, expresaba su postura al respecto (al menos de momento): «Nuestro rendimiento no es lo suficientemente alto para tener conversaciones con otras escuderías. Necesitamos esperar».
Al gigante nipón le está costando mucho ponerse al día en esta nueva generación de motores de la F1. Parece avanzar muy despacio, aunque al menos la fiabilidad parece haber mejorado si la comparamos con el años pasado. Las grandes actualizaciones que tienen previstas pueden cambiar la situación, pero en la actualidad Honda no gana para disculpas.