Uno de los pilotos con más experiencia de la parrilla critica la falta de la misma de los “nuevos” pilotos
Jenson Button conseguirá, al final de esta temporada, alcanzar a Michael Schumacher en el número de Grandes Premios comenzados, con nada menos que 308. La intención del veterano piloto de 36 años es de seguir al menos, una temporada más en la categoría reina del motor. Con un historial como éste, nadie duda de la experiencia de Jenson, quien echa en falta años de aprendizaje en algunos de sus compañeros más jóvenes. Para el británico, la última generación de grandes estrellas ha sido “muy errática” y falta de rodaje.
“Siento que hay muchos pilotos que deberían haber aprendido mucho más de lo que aprendieron antes de llegar a la F1. Son muy erráticos, es como si estuvieran conduciendo en la ‘Fórmula Desesperada’, una en la que parece que siempre estén muy apremiados” explicaba al brasileño UOL Esporte.
Las criticas también ponen en relieve que el comportamiento “agresivo” que a veces resulta tan bonito en pantalla, no debería permitirse, o al menos, debería controlarse. La fórmula 1 exige un nivel que no admite cualquier cosa.
«Ese tipo de comportamiento debería haber quedado atrás cuando un piloto llega a la F1. En el momento en que su carrera alcanza este nivel, ya deben ser lo suficientemente inteligentes como para saber qué hacer con el coche y la forma de competir por una posición” explicaba.
Para concluir, fijaba un referente para todas esas jóvenes promesas que aún tienen tanto que aprender, y con las que él mismo debe batirse en duelo en cada carrera.
“Estos nuevos conductores tienen que ver más carreras de Michael, porque a pesar de que siempre corrió muy duro, al mismo tiempo, él siempre fue muy correcto en la forma en que luchaba” concluía.
Lo cierto es que los jóvenes, aquellos que están empezando su sueño, buscan con ansía su pequeño momento de gloria. Los triunfos tardan en llegar, pero no todos lo ven así, y sin duda arriesgan en cada carrera más incluso que aquellos que ya conocen lo que se siente al subir al podio. El autocontrol, la clase, y el estilo a la hora de canalizar estas ganas pueden marcar la diferencia entre un campeón y un escudero.