Rosberg recuperó los 15 puntos perdidos con Hamilton en el Gilles Villeneuve en una carrera inmaculada eclipsada por el increíble 3º puesto y gran fin de semana de Sergio Pérez
En contra de lo que muchos podían pensar, la primera curva de Bakú que se presumía como un embudo y lugar donde se producirían los toques se quedó en nada. Salvo un par de deflectores que salieron volando de los alerones delanteros de Hulkenberg y de un Sauber no se produjeron más daños. Rosberg aprendió la lección de Canadá y cerró el interior sin dejar lugar a dudas, mientras que Hamilton se quedaba décimo sin arriesgarse lo más mínimo. Lo más destacable fueron las dos posiciones ganadas por Pérez y una ganada por Alonso.
La mayoría de pilotos salvo Hülkenberg salía con los superblandos, un neumático que había sufrido muchos problemas de graining. Aunque en el día de hoy las temperaturas han sido las más altas del fin de semana y a la hora de la carrera rondaban los 50 grados, el asfalto poco rugoso y todavía algo falto de agarre hacían que fuera muy probable este tipo de incidentes. Los monoplazas que más desgastaban las ruedas sufrieron de graining ya en las primeras vueltas, sobre todo en el tren trasero, por lo que algunos cambiaron radicalmente la estrategia y entraron a partir de la vuelta 6.
El primero en hacerlo fue Carlos Sainz, que salía desde el puesto 18 al tener que haber sustituido la caja de cambios en el día de ayer y que no tenía nada a perder. Excepto los Mercedes una gran parte de los pilotos se quejaron de los neumáticos en las primeras vueltas, algo que benefició a los que pararon antes, tanto Sainz como Alonso, que pronto se vieron dentro de la zona de puntos. Como dije, los Mercedes libres de esos problemas de graining se fueron para adelante, Hamilton escalando pacientemente y sin precipitarse, al mismo tiempo que Rosberg afianzaba su liderato respecto a los Ferrari. Por detrás, veíamos el primer abandono del día con la retirada de Kvyat por problemas en la suspensión.
Un Vettel que adelantó a Ricciardo sin mayores problemas gracias a la mayor potencia de su motor y a lo bien que había gestionado las gomas respecto al Australiano. Y para asegurarse de ello pararon al tetracampeón antes de tiempo par evitar un «undercat» de su ex-compañero en Red Bull, a pesar de que seguía rodando rápido y no tenía aparentemente ningún problema con las ruedas. Hamilton se acercaba a los puestos de cabeza y tras sólo 11 vueltas ya lo veíamos cuarto, sólo por detrás de Pérez, un hueso muy duro que además estaba lejos de su alcance. Räikkönen volvía a ser la cara negativa de la casa de Maranello, cuando recibía una sanción de 5 segundos por cruzar la línea de acceso al pit-lane.
La sorpresa la estaba protagonizando el madrileño Carlos Sainz, que estaba realizando una carrera extraordinaria y se mantenía en los puntos tras su segunda (que supuestamente iba a ser su última parada). Pero la mala suerte se cruzaba otra vez en su camino, de nuevo un problema mecánico, esta vez la suspensión le dejaba fuera de carrera en la vuelta 33. Justamente el mismo incidente que se produjo en el otro Toro Rosso, de su compañero Daniil Kvyat, que también había dejado fuera al otro coche de la escudería de Faenza
Pero no todo estaba hecho en la cabeza de carrera. Lewis Hamilton sentía de repente una pérdida de potencia que le hizo perder comba con Bottas en su persecución del finlandés y su lucha con Pérez por el pódium. Esta situación nos deparó grandes momentos en el transcurso de la conversación, con la radio de Mercedes echando humo. El triple campeón del mundo reclamaba que le explicaran que podía hacer para solucionar ese problema (que parecía de mapping del motor) desde el volante, mientras que desde el box le explicaban que el reglamento se lo impedía. Pero esto no supone impedimento para Lewis, que como avisó por radio se puso a tocar todos los botones del volante hasta que consiguiera arreglarlo, lo que finalmente sucedió. Aunque no le dio tiempo a recuperar el tiempo perdido con sus rivales.
Por detrás vimos como se tenían que retirar Fernando Alonso y Pascal Wehrlein. El asturiano se dirigía al garaje debido a una avería en la caja de cambios, que primero no le permitía bajar de marcha y finalmente le obligó a llegar a boxes encallado en cuarta, mientras que por el de piloto de Manor los frenos eran el causante de su abandono. Con las posiciones bastante definidas, con los Red Bull completando una carrera discreta 7º y 8º, la lucha estaba en cabeza por el tercer puesto en carrera entre Pérez y el finlandés de Ferrari. Una batalla un tanto irreal, puesto que Kimi todavía tenía pendiente una sanción de 5 segundos.
Aunque la clasificación posteriormente lo acreditaría como tercero, «Checo» quería subir al podio y ganarse el derecho a disfrutar del champaigne. Y finalmente lo consiguió, en la primera curva superó al ganador de un título mundial y se coronó como el piloto del fin de semana (en mi humilde opinión), mientras que Rosberg sellaba su victoria con casi 17 segundos de ventaja sobre Vettel.