Bernie Ecclestone busca más igualdad entre las escuderías. Se fijará en el reparto de la Premier
La peculiar forma de distribuir los beneficios en la fórmula 1 la convierte en un deporte único, muy diferente a cualquier otro. Que sea diferente no lo vuelve mejor ni peor, pero como siempre que hay dinero de por medio, el sistema no es del agrado de todos.
En muchas ocasiones, las desigualdades entre las escuderías a la hora de repartir los beneficios han causado malestar y quejas, especialmente entre los equipos más pequeños. Las distintas bonificaciones hacen que las diferencias puedan llegar a ser de hasta 112 millones de euros esta temporada. Las victorias, la historia, la clasificación general, o la bonificación que tan sólo Ferrari posee son algunas de las causantes de estas desigualdades.
Según las fuentes de Mundodeportivo.com, en este 2016 las diferencias entre las ganancias esperadas de cada equipo serán las siguientes:
Esta situación permanecerá en el deporte, como mínimo, hasta 2020, fecha hasta la que está vigente el Acuerdo de la Concordia. Entonces, equipos y organizadores deberán llegar a un nuevo acuerdo, en el que se verá qué hacer con las discrepancias entre unos y otros.
Los equipos pequeños se sienten discriminados, apartados incluso, encontrándose con una inferioridad que no pueden solucionar con los medios con los que cuentan. Ante esto, Bernie Ecclestone se ha pronunciado, mostrando un futuro más esperanzador para éstos.
“Analizaré cómo funcionan las cosas para ver si puedo idear algo más equitativo para todos los equipos” ha anunciado para el periódico “The Times”.
Confiesa que su referente será la Premier League británica, donde cada equipo recibe una cantidad equitativa de los ingresos.
“La Premier tiene una buena forma de distribuir sus premios económicos, así que quizá eso puede funcionar para nosotros. Habrá gente a la que le gustará y gente a la que no, y gente que sufrirá” explicaba.
El magnate del deporte tiene por delante casi cuatro años para definir un modelo equitativo, o más justo que el actual, y pensar cómo convencer a todos los participantes del Acuerdo. Si bien es cierto que la intención es lo que cuenta, puede no ser suficiente para acabar con las grandes desigualdades vigentes.