Tras emprender acciones legales, el padre de Jules Bianchi intenta explicar cómo se siente, y por qué ha decidido tomar esta decisión
Apenas una semana después de hacerse pública la intención de la familia Bianchi de emprender acciones legales contra la FIA y Marussia, Philippe Bianchi se lamenta de la situación en la que se encuentran. El silencio de pilotos y expertos, o la soledad tras el accidente parecen apesadumbrar a la familia, que saben que la muerte de su hijo no se debió a un fallo del mismo.
“Un piloto está aquí conmigo, y ahí la cámara, y no dice nada. Toda la gente tiene miedo a decir algo. Pero cuando no hay cámara, todo el mundo viene a verme y me dice ‘No, no es correcto. Jules no hizo nada’ algunos cometieron un error” explicaba, acerca del silencio que se ha vuelto tan molesto.
El padre de Jules Bianchi siente que el informe no puede ser objetivo, por el hecho de que quienes lo redactaron son demasiado cercanas al mayor organismo del deporte del motor.
“Tengo un gran respeto por las personas que componen el panel, pero todas están muy próximas a la FIA y eso no puede ser correcto. Las condiciones en Japón, yo hablé con todos los pilotos y me lo dijeron, fueron terribles. Unas terribles condiciones, no había buena iluminación, había mucha lluvia…no pueden decir que Jules cometiera un error, no es posible» explicaba, de nuevo haciendo referencia a la falta de apoyo por parte de aquellos que lo vivieron desde dentro.
Además, no puede olvidar cómo se volcaron para ayudarle en un inicio, pero tampoco puede borrar que a su vuelta al hospital, llegaron a sentirse solos.
«Cuando Jules tuvo el accidente, Marussia, Ferrari, Nicolás (mánager de Jules) me ayudaron. A mí y a mi familia. Porque yo tenía que ir a Japón y no es fácil. Pero después cuando Jules vino a Francia siete semanas después, cuando estuvo en el hospital, estuve sólo con la familia. Es normal, la vida continúa para todo el mundo” razonaba, mostrándose consciente de la situación.
Concluía hablando de lo importante que era para su hijo pilotar, y de cómo estaba dispuesto a asumir todos los riesgos con tal de ver su sueño hecho realidad.
«Jules, cuando me hablaba, me decía: ‘Papá, yo sé que es peligroso, sé que puede ocurrir algo. Pero tomo los riesgos porque es mi pasión’. Para mí sería más fácil decirle: ‘Jules, sé que es tu pasión, pero me da miedo cuando corres’» recordaba, nostálgico.
Un sueño que se truncó demasiado pronto, dejando en el recuerdo de todos los seguidores del deporte a un piloto fuera de serie.