Algunos rumores le han llegado a colocar en Ferrari o Renault, aunque la realidad más inmediata parece ser que seguirá con Toro Rosso. Su talento no ha pasado desapercibido
Muchos han sido los rumores que colocaban a Carlos Sainz fuera de su escudería actual, Toro Rosso, e incluso de Red Bull el año que viene. Muchos más seguirán surgiendo hasta que no se confirme su contrato. Sin embargo, todo parece indicar a que el madrileño seguirá, al menos, un año más vinculado al equipo B, de la bebida energética.
Por un lado, Franz Tost ha intentado evitar el tema, cargando a Red Bull con la responsabilidad, mientras que Christian Horner aseguraba en Bakú que el futuro del español se anunciará en “los próximos días”.
Y es que parece que lo más acertado es quedarse en Toro Rosso. Analizando las opciones, o los rumores más sonados, ninguno parece “ideal” o realista para el joven piloto, que aún puede aprender mucho en su actual escudería.
Una de las opciones barajadas, y la más lógica, sería Red Bull. Sin embargo, también sería la peor elección (así como improbable). Daniel Ricciardo, quien ya ha demostrado en numerosas ocasiones una calidad casi inigualable, ha firmado un contrato con esta escudería. Además, en numerosas ocasiones se ha comprobado la predilección de Red Bull (o de Horner) por el joven Max Verstappen, a quien, obviamente, no dejarán marchar.
Se ha hablado también de Ferrari, el sueño de casi cualquier piloto, pero que parece estar aún algo lejos para Carlos. Maurizio Arrivabene afirmó que quería continuar con la pareja actual, al menos un año más. Quién sabe si ese año es el necesario para que el director se decida entre una lista de candidatos en la que Carlos está muy presente. Aún así, es poco probable que la Scudería decida arriesgar.
Los rumores que le situaban en Renault han cogido fuerza en los últimos días, pero desde un punto de vista objetivo… ¿Qué podría conseguir Sainz con la actual situación de los franceses? Desde luego, no mejoraría lo que ha conseguido hasta ahora.
La “Silly Season” acaba de empezar, pero las habladurías no acaban de ahí. Se ha llegado a especular incluso con la posibilidad de ir a Williams, que actualmente saca casi 60 puntos a Toro Rosso.
Ante todas estas posibilidades, desde luego, no todas lógicas, Carlos Sainz se ha mostrado comedido.
“Estoy cómodo en Toro Rosso. Dejemos que tomen las decisiones quienes las tomarán. No tengo otra opción que esperar mientras hago todo lo que puedo por mi parte. Entonces veremos al final si tenemos un acuerdo o no” explicó para Movistar.
Por suerte o por desgracia, Carlos ha llegado a la máxima competición en una época en la que el coche (casi nunca el piloto) es el que marca la diferencia. Las carencias en el motor o la falta de fiabilidad son lastras que impiden dar grandes sorpresas en un campeonato escrito casi antes de empezar. Sin embargo, en medio de esta historia ya predestinada, Sainz ha logrado metas que parecían no estar a su alcance. Actuaciones como la del Gran Premio de España 2016 (colocarse 3º por delante de los Ferrari en la salida, y acabar 6º), prometidas remontadas (Rusia 2015 o Canadá 2016), o velocidad y sangre fría a una vuelta (clasificó mejor que el apodado “Nuevo Senna” en 2015), le colocan en el punto de mira de muchos aficionados y entendidos del deporte. Aunque se espera que el cambio de normativa de 2017 acabe con tanta desigualdad entre escuderías, lo cierto es que los pilotos cada vez tienen más difícil brillar por sí mismos, y más aún, alcanzar la gloria gracias, simplemente, a su pilotaje.
Por eso, por lo que ya ha demostrado, por su evolución en apenas dos años, y por lo que aún tiene que demostrar, Carlos se ha ganado a pulso un asiento en un equipo puntero. Incluso Prost lo colocaba en Ferrari, aunque está claro que el madrileño aún tiene un gran camino por recorrer.
A corto plazo, parece que nada va a cambiar: él seguirá demostrando que se merece luchar en igualdad de condiciones contra los más grandes, mientras espera que esa posibilidad llegue lo antes posible.