El ganador del GP de España, no se inquieta ante la renovación de Carlos Sainz por Toro Rosso, que se mantendrá al menos un año más en la estructura de Red Bull
Con la confirmación de que el equipo de Milton Keynes ha ejercido su opción de retener a Carlos Sainz en su «segundo equipo» vuelven las opciones, lejanas pero posibles, de que el español pueda ascender a Red Bull.
Aunque se especulaba con un posible fichaje por el equipo oficial de Renault Christian Horner, Marko y Franz Tost han acordado que siga su progresión en Toro Rosso. Pensando ya en la lejana posibilidad de subir a Red Bull, lo que parece algo más claro (aunque en un año pueden cambiar mucho las cosas) es que el afectado sería Max Verstappen.
El holandés consiguió la primera victoria en su estreno en el «primer equipo» en Cataluña pero en las siguientes carreras ha bajado el nivel. Es evidente que el talento de «MadMax» es algo fuera de lo normal, pero todavía como es normal le falta regularidad. Su carácter competitivo e impulsivo ya le ha costado el abandono en Mónaco y algunos problemas en carrera con el equipo. Es por ello que por el momento y comparándolo con su compañero Ricciardo, más maduro (26 años y 3 victorias en F1) pierde por completo en lo que respecta a la regularidad y estabilidad deportiva.
Aunque a Verstappen no parece importarle esta «presión extra» que en teoría debería tener por la presencia de Sainz empujando desde abajo para conseguir su puesto. Es más, parece que esta noticia más que meterle presión le alegra por su ex-compañero, que se mantendrá otro año más en la máxima competición del mundo del automovilismo. Claro está, esta supuesta alegría la manifiesta desde la ignorancia sobre las posibilidades que ha tenido el madrileño, que podría hipotéticamente haberse quedado sin equipo:
«Es bueno para él, creo, es otro año en Fórmula 1. Quiero decir, no sé si existían otras posibilidades con otros equipos, pero es bueno para él.»
Cuestionado sobre la influencia que puede tener la continuidad de «Carletes» en el equipo filial de Red Bull, no le dio la más mínima importancia. Sincero, como suele ser el holandés, respondió con un contundente: «No, no siento la presión de Carlos.»
Lejos de mostrarse humilde, Max se centra en la temporada pasada y el rendimiento que demostró la temporada pasada respecto a Sainz. El ganador más joven de la historia de la F1 considera que los méritos que ha sumado en su temporada y un cuarto que ha pasado en Toro Rosso han sido mayores que las de Carlos. Tanto en clasificación (un tanto discutible) como en carrera, donde sumó bastantes más puntos que el español, que fue asolado por gran variedad problemas mecánicos en carrera de motor, frenos, etc… que lastraron su participación en varios Grandes Premios: «Creo que he demostrado en Toro Rosso cómo vencerle tanto en carrera como en clasificación», opina Verstappen.
Para terminar con una exhibición más de autoconfianza, el joven piloto de 18 años confía en que todo continuará funcionando igual de bien, con unas palabras muy osadas en las que dice: «en general, nunca siento la presión, así que para mí todo está bien», finalizó en sus declaciones el alumno más aventajado de la escuela Red Bull.
Por lo que hemos podido comprobar en este prácticamente año y medio que Max Verstappen lleva compitiendo en Fórmula 1, su talento es un hecho fuera de lo común. Es un piloto con una velocidad innata, el carácter ganador que no le permite arrugarse ante nadie y con una gran capacidad de pilotaje. Pero también nos ha mostrado su cara «Mr Hyde» en varias ocasiones, numerosos son los incidentes que ha tenido con sus ingenieros de pista y compañeros de Red Bull y Toro Rosso que han conducido a problemas internos.
Estas últimas declaraciones son una muestra más del carácter ganador que tiene y de su egocentrismo, que se va agrandando casi carrera a carrera, con el permiso de Marko y de su equipo y sobre todo con la victoria en su estreno con el equipo de la bebida energética.
Este chico puede ser un genio de este deporte y como todo genio tiene su carácter, pero con esa edad, (18 años), todavía le queda mucho por aprender. Tiene que escuchar más a sus jefes de equipo, a sus ingenieros, y pensar en el equipo en vez de centrarse únicamente en su carrera. Si aprende de todo lo que tiene alrededor, de los pilotos veteranos que le rodean y respeta a los demás compañeros, podrá convertirse en una respetada figura del deporte y no sólo en una imagen de marca y de su país.