En la Fórmula 1 siempre se ha buscado la velocidad, es lo que hace a este deporte tan emocionante, y junto con ella no puede faltar la seguridad
Es por eso que desde la década de los cincuenta, cuando se inició la máxima categoría, se ha buscado proteger a los pilotos. Se han aplicado diferentes medidas de seguridad, unas más polémicas que otras; iniciando con el uso de cascos en la cabeza en 1953, barras antivuelco o rollbar en los sesenta.
Barreras de impacto dobles a 3 metros de los espectadores, cinturón de seguridad de 6 puntos y ropa anti fuego en los setenta; la aplicación de los crash tests y un helicóptero disponible en el circuito en caso de emergencia en los ochenta; la introducción del Safety Car en los noventa; el uso del Hans Device y la creación de la Fundación del Desarrollo de la Seguridad del Deporte Motor en la primera década del siglo XXI.
Más recientemente el uso del SafetyCar virtual y ahora del sistema Halo que busca proteger la cabeza de los pilotos, después de los lamentables accidentes de Bianchi y Maria de Villota.
En julio pasado se pospuso la utilización del Halo hasta 2018, pero la FIA continua evaluando el sistema para implementarlo en un futuro y busca evitar las mayores fallas posibles; es por ello que ha solicitado a los equipos su apoyo para realizar las pruebas pertinentes y en ésta ocasión le corresponde a Nico Rosberg con el Mercedes. Rosberg utilizara el halo en la primera Práctica Libre en el próximo Gran Premio de Bélgica, qué mejor circuito para probarlo que el demandante Spa-Francorchamps de 7.004 km. de longitud y la famosa curva Eau Rouge con su importante diferencia de niveles.
Se debe recabar información relevante que permita confirmar o mejorar el halo para que al implementarlo sea realmente efectivo y salve vidas como se planea, ya veremos lo que Rosberg, Mercedes y Spa nos dicen al respecto.