Él y el Hesketh 308/1 fueron los dominantes durante toda la carrera
A diferencia de la Fórmula 1 actual, la salida fue lanzada. Gregory Thornton, a los mandos del Lotus, y Richard Barber a los del Williams (en la cabecera de este artículo), habían sido los dominantes en clasificación y los favoritos de cara a la carrera. Por eso, nadie se sorprendió de verlos emparejados en la última curva, justo antes de empezar la sesión: ambos se jugaban la victoria.
Las dudas sobre cuál vencería quedaron disipadas en seguida. El Lotus mostró ser superior en todo momento, dejando a su rival más cercano detrás. Tal ha sido la ventaja de estos dos monoplazas, que en 25 minutos que duró la carrera, tuvieron tiempo incluso de doblar a dos coches y dejar al tercero a casi un minuto. El primero, el Hesketh 308E pilotado por Michel Baudoin, monoplaza que se mostró muy inferior durante toda la carrera. El segundo, fue el llamativo March 761 naranja pilotado por Ron Maydon, quien tampoco pudo resistir a estos dos titanes.
La emoción ha venido dada por la lucha en posiciones más rezagadas. El Shadow DN5 cerraba el podio, pilotado por Max Smith-Hilliard. El británico tuvo una posición privilegiada para disfrutar de la lucha de sus dos perseguidores: el Williams 308E y el Shadow DN8, quienes se persiguieron en todo momento. Jason Wright, a los mandos de este último, se mantuvo al rebufo de Richard Barber durante prácticamente toda la carrera, a la espera de su oportunidad para pasarle. Sin embargo, esta oportunidad no llegó, y el italiano se tuvo que conformar con la 5º posición y la sensación de haber luchado con un clásico de la Formula 1.
Pocos fueron los participantes que tomaron la salida, tan sólo los 8 mencionados en el artículo previo, y aún así no todos consiguieron terminarla. En la vuelta nº 5, Patrick D’Aubrey con el March 761 decía adiós a la primera carrera del fin de semana.
El resultado final de esta histórica carrera fue: