El finlandés afronta esta cita ocupando la quinta posición en el mundial de pilotos, mientras que Sebastian Vettel es cuarto
Llega el penúltimo Gran Premio de la temporada, el de Brasil, que se disputará en el Autódromo José Carlos Pace, un circuito situado entre dos lagos artificiales en la ciudad brasileña de Sao Paulo y que ya ha albergado 33 veces este GP.
Esta es una pista corta pero que combina zonas estrechas y con muchas curvas con zonas de alta velocidad. Además, es uno de los pocos circuitos del calendario en los que se corre en sentido antihorario.
Esta pista debe traer buenos recuerdos a Kimi Räikkönen, ya que fue aquí donde se proclamó campeón del mundo en 2007 con el equipo Ferrari, año en el que la Scuderia también se alzó con el mundial de constructores.
Sin embargo, este año las cosas son diferentes. El equipo italiano es tercero en el campeonato, y Räikkönen ocupa la quinta posición en el mundial de pilotos, inmediatamente detrás de su compañero, Sebastian Vettel.
“Es un buen lugar para ir”, ha dicho Räikkönen, que correrá este fin de semana por 13ª vez en Interlagos. “Es un circuito diferente, ‘antiguo’ y tradicional. Se trata de un circuito corto y sin muchas curvas, pero es difícil hacer un buen tiempo y la parrilla siempre está muy ajustada. Perder una décima significa perder un montón de posiciones. Además, no hay muchos circuitos que vayan en el sentido contrario a las agujas del reloj, así que es diferente”, ha añadido el piloto de la Scuderia.
Kimi ha asegurado que los baches lo hacen un circuito complicado, a pesar de que el trazado no lo sea: “Obviamente ha sido reasfaltado muchas veces, y siempre va muy bien al principio. Pero año tras año se va haciendo más bacheado y eso lo hace más complicado. Han cambiado un poco los pianos, así que la trayectoria también ha cambiado. Sin embargo, es uno de esos circuitos en los que es difícil ir rápido aunque no es un trazado complicado”, ha concluido.